Se realizó la primera protesta del año en contra del Gobierno
MARCHA DE ANTORCHAS CONTRA EL “TARIFAZO”
Convocados por una bautizada “marcha de las antorchas”, miles de manifestantes recorrieron ayer desde la avenida 9 de Julio hacia el Congreso, para protestar contra el ajuste de la economía impulsado por la Casa Rosada, principalmente a través de meteóricas alzas en las tarifas de servicios públicos.
Centrales sindicales, como Camioneros y las dos CTA, organizaciones sociales, agrupaciones barriales, dirigentes kirchneristas y asociaciones de consumidores convocaron a la masiva protesta en contra del gobierno de Mauricio Macri, a la que se sumaron en contra del “tarifazo” sectores de la izquierda y organizaciones de Derechos Humanos.
“Los tarifazos fueron y son pilares del ajuste macrista. A ellos se sumó el freno a las paritarias y la estigmatización de la organización gremial”, acusó el cristinista Martín Sabbatella, líder de Nuevo Encuentro.
Con caricaturas de Macri, tambores que marcaban el ritmo y carteles que señalaban “Basta de ajuste de Macri/fmi” y “Basta de tarifazos y despidos”, los manifestantes pasaron por el obelisco para dirigirse al Congreso.
“No hay ninguna perspectiva. Yo no entiendo cómo se puede construir la felicidad de un pueblo cerrando todos los días fábricas, echando todos los días centenares de trabajadores. La única manera de parar esto es movilizándonos en paz”, argumentó Pablo Micheli, líder de una de las dos facciones de la CTA.
Las protestas van a repetirse Uno de los carteles de la marcha
todos los jueves a lo largo de un mes, en diferentes ciudades del país. Primero será el turno de Rosario, luego Mar del Plata y por último, en Mendoza.
Los intendentes peronistas del Conurbano también protagonizaron la convocatoria. “El 26% de tu salario se va en pagar tarifas. En 2015 era un 6%. Este Gobierno solo se preocupa en garantizar la rentabilidad de los empresarios”, fue el llamado a marchar de Jorge Ferraresi (Avellaneda).
“Para pagar la deuda que fugaron sus amigos, Macri le pasó el costo de los subsidios a los servicios a Vidal y ella, también a pedido del FMI, lo cargó a los ciudadanos a través de los municipios”, se quejó la matancera Verónica Magario.
“Los tarifazos detonan una situación desesperante para las empresas del sector pyme”, indicó la Asamblea de Representantes de Pequeños y Medianos Empresarios (Apyme), al adherirse a la marcha. La Legislatura porteña aprobó en diciembre una ley que obliga a reemplazar los tradicionales relojes de los taxis por
y permitir, de este modo, conectar a viajeros y choferes a través de aplicaciones móviles, en un nuevo intento del Gobierno por aventajar al sistema semipúblico de transporte frente a la competencia de empresas como Uber.
Si bien la implementación llevará tiempo, enseguida provocó la reacción de un sector de la fuerza laboral, que no quiere mayores controles: cada chofer deberá con su huella digital para empezar a trabajar, y estarán monitoreados las 24 horas a través del GPS de los dispositivos. A su vez, estos trabajadores también alertaron sobre el incremento que se aplicará a la tarifa para amortizar el costo de la conversión a la era digital.
Sin embargo, el titular del gremio de peones de taxis, Omar Viviani, comentó en diálogo con que todas las normas surgieron a partir de conversaciones que mantuvo con el Jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta, con el afán de encontrar “solución a las mafias y los monopolios que explotan a los taxistas”.
Viviani adujo que las resistencias a incorporar tecnología provienen de las cámaras empresarias que nuclean a los radiotaxis y a los “relojeros”.
Dada la obligación que tendrán los móviles de funcionar con en vez de relojes, la suscripción de dueños y peones al servicio de radiollamadas para “pescar” viajes corre riesgo de perder demanda, en tanto que los que lucran con la calibración de los nuevos dispositivos perderán su habitual negocio.
Según Viviani, los relojes están en manos de tres fábricas que le cobran un canon por cada nuevo reajuste de la tarifas, pero con estos cambios, tales empresas “desaparecerán”.
La por incorporarse en cada uno de los 38.600 vehículos que componen la flota oficial