Miel de azahar de limón, un nicho por explotar
Es un producto de origen tucumano con atributos nutricionales únicos que, tras cristalizarse, es suave y cremoso. Pero, al no estar tipificado con un sello de Identificación Geográfica, en general, se vende como “miel clara”, perdiendo precio y calidad cuando los compradores la mezclan con otras variedades. Qué necesitan los apicultores para despegar en el mercado externo.
En 2018, en Tucumán, principal provincia productora de limón de la Argentina y del mundo, se incrementó 8% la superficie de cosecha frente al período anterior. El dato equivale a 46.360 hectáreas y surgió de un informe del Laboratorio de Sistema de Información Territorial de INTA Famaillá. Esta divulgación, positiva para el área apícola norteña, significa una ampliación del campo donde las abejas elaboran miel de azahar de limón, producto demandado por otros países aunque casi desconocido por el público local.
La miel de azahar de limón tucumano es una de las variedades de mieles que se encuentran en el país. Según las estaciones y la ubicación de las colmenas, se obtienen diferentes tipos a partir de la floración de eucaliptus, girasol, trébol, monte, algarrobo y mistol, entre otros.
Sin embargo, cuando de cualidades se trata, la miel de azahar de limón toma la delantera. Las propiedades que concentra son determinantes para los pedidos europeos y japoneses que reciben las pymes y cooperativas. “Tiene un sabor dulce, ligeramente ácido, con un aroma floral intenso. Es una miel clara con algunos de los flavonoides del limón como la hesperidina, antimicrobiana y flebotónica, el principal activo de medicamentos que se emplean para mejorar la circulación sanguínea y reducir la fragilidad capilar de venas y arterias”, explica Alejandro Álvarez, ingeniero químico especialista en Agroindustria del INTA Famaillá.
A la floración temprana en la provincia más las extensiones cultivadas de limón, los apicultores le adjudican otro factor a los pedidos extranjeros. Para René Javier González, gerente Comercial de la Cooperativa Norte Grande, “la demanda elevada también se debe a que no hay mucho volumen de producción mundial”. “Si bien en otros países se produce miel de citrus, en esa variedad ingresa la de mandarina, naranja, o cualquier citrus. Tenemos predominancia de miel de limón, que no se consigue en España, por ejemplo, donde se produce una buena cantidad de miel de naranja”, desglosa.
La cooperativa está formada por 204 productores; 60 son de Tucumán y el resto, de Salta, Jujuy, Santiago, Entre Ríos y Santa Fe. Dependiendo de los meses, suelen trasladar parte de sus colmenas hasta el “Jardín de la República”.
Pese al panorama alentador, la miel de azahar de limón tucumano aún no se comercializa en grandes cantidades y es vendida a los exportadores a granel, en tambores de 300 kilos. Según la Secretaría de Desarrollo Productivo de la provincia, en Tucumán hay 122 productores activos inscriptos en el Registro Nacional de Productores Apícolas con un total de 17.931 colmenas y una producción de 231 toneladas de miel en general por año. De ellos, 50 trabajan la miel de azahar de limón con un estimativo parcial de 7351 colmenas y 94 toneladas por anuales.
La miel de azahar de limón tucumano se exporta como miel clara, sin tipificación. Son toneladas que los exportadores mezclan con mieles más oscuras, perdiendo calidad y plus nutricional. “Generalmente compran miel a grandes cantidades, claras y oscuras. Las homogenizan y llegan a un tono más claro”, suma Alejandro Palacios, coordinador de la Asociación Civil de Apicultura de Tucumán.
Por ello, desde hace dos años, los productores trabajan para alcanzar un sello de Identificación Geográfica (IG) para la miel de azahar de limón de Tucumán. Agrupados en una mesa interinstitucional, coordinada por la Dirección de Alimentos y en la que participan la Dirección de Ganadería, INTA, UNT, Clúster Apícola y Punto Focal del NOA, redactan un proyecto que enviarán al Ministerio de Agroindustria de la Nación.
¿Cuál es la importancia de la IG? Es una herramienta de alto impacto comercial y económico, clave para reconocer la calidad de un producto, que le permitirá a los apicultores hacer diferenciar la producción por el vínculo con el territorio de Tucumán. Por sobre todo, los productores persiguen que los consumidores conozcan la singularidad natural de la miel de azahar de limón. No hay ninguna miel reconocida con la IG en el país aún, según la Dirección de Alimentos provincial.
“El sello incluye un protocolo de prácticas que se deberán seguir, desde las colmenas hasta la extracción, manteniendo parámetros de calidad. Buscamos aumentar el valor agregado para que el productor reciba un mayor beneficio. Pasar de un sistema donde se exporta a grandes cantidades a granel con un precio bajo, a un producto fraccionado y diferenciado en la góndola que brinde un mayor ingreso al trabajador”, precisa Álvarez.
Incorporar la miel a las costumbres nacionales es un objetivo. De acuerdo a Agroindustria de Nación, el consumo argentino alcanza los 180 gramos per cápita, mientras que en Alemania, Estados Unidos y Japón superan el kilogramo. Para los entrevistados, los factores son varios: poca tradición del consumo y falta de información de los beneficios de la miel, en comparación con otros endulzantes, entre otros. Lo cierto es que, actualmente, la miel del país migra en un 95% y poco queda: la Argentina es el segundo exportador mundial, detrás de China.