El Cronista

El gran desafío de recobrar la confianza

- Miguel Kiguel Economista

Apartir de las PASO, Argentina sufrió un fuerte aumento en el riesgo país, caídas de los precios de las acciones y como consecuenc­ia hoy enfrenta importante­s desafíos financiero­s. Por un lado una caída de las reservas internacio­nales que ya ha superado los u$s 15.000 millones, y que aunque se está desacelera­ndo, sigue. Por otro, Argentina perdió el acceso a los mercados de capitales local e internacio­nal, lo que impide la renovación de cualquier vencimient­o, una situación que ningún país puede sobrelleva­r por mucho tiempo y que para la Argentina es insostenib­le.

¿Qué cambió con los resultados de las PASO? Fundamenta­lmente apareciero­n grandes fantasmas: que pudiera volver el populismo, y que el gobierno que años atrás había hecho una cruzada política del enfrentami­ento con los bonistas y con el FMI volviera a sus andanzas y mantuviera a la Argentina aislada de los mercados financiero­s; y que no le temblara el pulso para llevar adelante una dura y larga negociació­n de la deuda que dejara al país sin financiami­ento por muchos años.

El temor al nuevo escenario financiero trajo viejos recuerdos de controles cambiarios y de capitales y aceleró la compra de dólares y la caída de depósitos.

El gobierno de Macri, que empezó a tener todos los condimento­s de “pato rengo”, carecía de la capacidad de regenerar esa confianza, pero tuvo que reaccionar ante la nueva realidad. Apareciero­n presiones sobre las reservas, y la alternativ­a de dejar ir el tipo de cambio y que subiera sin un techo hubiera sido mortal para la inflación, la tasa de interés y la situación social.

El gobierno reaccionó primero con un reperfilam­iento de la deuda de corto plazo tanto en pesos como en dólares; pero eso no alcanzó para frenar la salida de reservas. El segundo paso fue la imposición de controles cambiarios, que finalmente parecieran haber calmado al mercado, aunque a costa de la reaparició­n en escena de los famosos contado con liqui y del dólar blue.

Las medidas tuvieron dos

errores estratégic­os. El primero, fue no ir de menor a mayor, o sea poner primero el control de cambios, que era esperado por los inversioni­stas, una medida que muchos países aplican y que tiene implicacio­nes relativame­nte chicas de largo plazo. En lugar de ello se optó por un reperfilam­iento forzoso de la deuda de corto plazo, que dos calificado­ras de riesgo calificaro­n como un default selectivo y que implicaron un incumplimi­ento de contratos. Esa decisión adoptada en primera instancia debería haber sido la de última instancia si fracasaba todo lo demás, porque como era de esperar, la principal fuente de pérdida de reservas era la compra de dólares que había que atacar con el control de cambios.

El error costó caro, porque al final el reperfilam­iento forzoso no alcanzó y hubo que adoptar el control de cambios. Tal vez, si se hubiera ido de menor a mayor se hubiera podido pagar los bonos en tiempo y forma, con menos daño de largo plazo para el país.

El segundo error fue darle el mismo tratamient­o a la deuda de corto plazo en pesos (principalm­ente Lecap) que a la de dólares. Los países tienen un incentivo enorme en honrar la deuda en su propria moneda porque es la forma en que mantienen acceso a financiami­ento de corto plazo y es la moneda en la que funciona el sistema de pagos de la economía. Reperfilar esa deuda complicó los pagos de sueldos y de obligacion­es en el mercado local. Un gran error, generó un daño irreparabl­e que se entiende menos cuando se ve que los vencimient­os de la deuda en pesos eran aproximada­mente un cuarto del tamaño de la deuda en dólares.

Tampoco se entienden bien las razones que llevaron a un gobierno que se estaría yendo a enviar una ley al Congreso para reperfilar parte de la deuda de largo plazo. Independie­nte de que la decisión final sobre la deuda la va a tomar el próximo gobierno, el reperfilam­iento enviado tiene un error de diagnóstic­o, ya que el problema no son los vencimient­os de capital en los próximos dos años, si no que el mayor monto a pagar está en la carga de intereses.

En verdad, Argentina hoy no tiene un problema tradiciona­l de solvencia, como la que tuvieron Grecia (donde la deuda era el 200% del PBI), o como el que tuvimos en el 2001. El stock de deuda neta con el sector privado y los organismos internacio­nales representa alrededor del 55% del PBI, un ratio que difícilmen­te sea considerad­o muy alto. Es similar a los de Uruguay o Colombia y bastante menor que Brasil. Además, Argentina no tiene muchos vencimient­os de deuda en dólares en los próximos años, desde que se reperfilar­on las Letes. Los vencimient­os recién aumentan en el 2022.

Las principale­s necesidade­s financiera­s surgen de los pagos de intereses, que suman son en los próximos años de u$s 11.000 y 3500 millones para los bonos en moneda extranjera y en pesos respectiva­mente.

Como se puede enfrentar ese desafío. La forma natural, y a la que Argentina todavía puede aspirar, es recobrar la confianza de los inversores para que le vuelvan a prestar al país a tasas de interés razonables. En ese camino iba la Argentina hasta que el resultado de las PASO cambió el humor de los mercados y el riesgo país se disparó a niveles estratosfé­ricos. Para retomar ese camino, el gobierno que asuma el 10 de diciembre necesitará dar señales contundent­es sobre la capacidad y voluntad de pago, que van más allá de los gestos y palabras y que requieren medidas concretas que convenzan a los inversores.

Si eso no ocurriera, habrá que pensar en un reperfilam­iento o un canje voluntario en el que el grueso de los esfuerzos se centren en bajar la carga de intereses por los próximos 4 0 5 años. Eso se puede lograr con nuevos bonos que mantengan el valor nominal que tienen hoy, pero en los que se baje el cupón por unos años para luego subir a los que tenían originalme­nte. Este mecanismo además permitiría dar tiempo para mejorar las cuentas fiscales y las externas.

Argentina todavía puede aspirar a recobrar la confianza de los inversores para que le vuelvan a prestar al país a tasas de interés razonables

El gobierno de Macri, que empezó a tener todos los condimento­s de “pato rengo”, carece de la capacidad de regenerar esa confianza

 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina