El ajuste no se mancha (o se escapa la tortuga)
El ajuste no se mancha: el Gobierno anunció otra poda a los haberes de los jubilados informando que el aumento del 5% de diciembre en realidad será un pago a cuenta del que se otorgue en marzo con la nueva fórmula ( si es que se aprueba el proyecto de ley de movilidad en el Congreso). La medida refleja lo complicado que están las cuentas públicas de cara al año próximo y la necesidad de acordar con el FMI antes de abril para evitar un default más para la colección argentina. Refleja también que a Martín Guzmán se le puede escapar la tortuga: no puede reducir subsidios a tarifas de electricidad antes de marzo, no aplica recortes en otras áreas del sector público, no elimina exenciones impositivas (¿cooperativas y mutuales?) y avala el impuesto a la Riqueza que recaudará bastante menos de lo esperado.
La “Mais Lecture” es un evento anual que se efectúa en Londres desde 1978 para la comunidad bancaria y financiera inglesa. En mayo de 2005, Mervyn King expuso en esa cumbre como presidente del Banco de Inglaterra. Fue titular del banco central inglés por 10 años, de 2003 al 2013. Durante esa participación habló de la Teoría “Maradona” de las tasas de interés y el rol de las expectativas. El astro argentino se movió en línea recta arrancando en su propio campo de juego, dejando en el camino a 5 jugadores ingleses. La explicación que King le dio a ese fenómeno es que los jugadores ingleses siempre se movían en función de lo que esperaban que Maradona hiciera ( pasársela a Valdano por ejemplo, que estaba a su izquierda). Los mercados se mueven de igual manera que los defensores ingleses, en función de lo que esperan que haga el Banco de Inglaterra. Las expectativas tienen un rol importante en la política monetaria. No importa tanto si el Banco Central sube o baja las tasas sino la capacidad de condicionar las expectativas de inflación.
La exposición de Mervyn King cobra más relevancia para Argentina, más allá del “maradonismo monetario” cuando se analizan otros puntos. La política monetaria se realiza para mantener la estabilidad de precios. Desde la II Guerra Mundial y hasta 1970 ello no estaba tan claro para los académicos ni para los funcionarios públicos. Poco antes de 1980, la inflación en Inglaterra llegó a 25% anual. La mentalidad inflacionaria no es fácil de erradicar, ni se lo hace sin dolor. La disciplina fiscal y monetaria son claves para el éxito económico. En Argentina aún hay ministros y gobernadores que sostienen que la emisión no genera inflación.
Los agentes económicos basan sus decisiones en las expectativas por lo que la manera en que la política monetaria y fiscal se conducirá en el futuro afectan los resultados económicos hoy. El “maradonismo” y su segundo gol se aplica también a la Argentina. Empresas y familias toman decisiones en función de lo que el Tesoro y el BCRA harán en el 2021. Guzmán anunció un rojo fiscal de 4,5% financiado 60% por emisión de pesos del BCRA y la demanda de dólares se potenció en el acto. Nadie espera en el sector privado a que emitan los pesos para pasarse al dólar.
Recientemente Alberto Fernández amenazó con aplicar la ley de Abastecimiento a las empresas de la construcción por la falta de materiales. Tampoco el presidente analizó los efectos de la importancia de las expectativas que tanto sufrieron los jugadores ingleses. También por las expectativas de devaluación o de aumento de precio, hoy existe una “corrida al ladrillo” como ya la hubo o la hay en la “corrida al lavarropas”, la corrida al cero kilómetro” o cualquier otro bien que se asemeje o tenga una alta correlación con el dólar. Es en definitiva lo que se observa con la soja y los silobolsas. Con el cepo a pleno, los agentes económicos, con los pesos excedentes que poseen, se refugian en aquello que posea el color más parecido al verde del billete de los Estados Unidos.
Ahora bien, el pecado argentino ahora sería hacer un ajuste y no decir que se está haciendo un ajuste. Es asumir el costo del mismo pero no los beneficios. Volviendo a la Teoria de Maradona planteada por Mervyn King en 2005, es regalar la pelota. Si el BCRA y el Tesoro van a tener una disciplina monetaria y fiscal a futuro, es positivo reflejarlo y que los agentes económicos reaccionen en ese sentido, con menor demanda de dólares, o “fuga” según el kirchnerismo.
Pero el problema ya escapa a King y al astro del fútbol mundial. En la interna del Frente de Todos, la disciplina o prudencia económica es mala palabra. Si se lo hace, debe ser a escondidas. Y a escondidas también de los actores privados, como si los jubilados no se dieran cuenta que les derritieron el poder de compra de sus haberes. El gobierno quiere evitar que su gestión sea asimilable a la del “cartonero Báez” lo que, paradójicamente, lo igualaría con la gestión de Macri en al frente de Boca Juniors.
Por lo pronto, las señales que reciben familias y empresas son muy confusas. Lo que se decide un día, puede ser revertido a la semana siguiente. El 5% que anunciara Santiago Cafiero para aumento de jubilados se esfumó a la brevedad. Le cortaron las piernas al Jefe de Gabinete. Los anuncios oficiales tienen la validez de un dólar celeste.
Por ello es que la credibilidad que no poseen los funcionarios para el diseño de la política monetaria y fiscal, puede ser adquirida con el acuerdo que se logre con el FMI. Es la “Mano de Kristalina” la que puede hacer convertir un gol al gobierno argentino. Mientras más rápido, mejor. Ecuador ya le sacó seis meses de ventaja a la Argentina: ambos países debían a principios de año reestructurar deuda y renegociar con el FMI. La semana pasada, el gobierno de Lenin Moreno, recibió otro desembolso del organismo internacional, por u$s 2000 millones. De “leninista” tiene más el FDT que Ecuador.
La economía tiene bastante entonces para aprender de las lecciones que dejó Maradona en expectativas. Incluso para que los controles de precios no nos dejen privados de “agua, de luz, de gas”.
Es para poder decir ‘AD10S’ a la inflación.
La mentalidad inflacionaria no es fácil de erradicar, ni se lo hace sin dolor. Aún hay ministros que sostienen que la emisión no genera inflación
El “maradonismo” se aplica también a la Argentina. Empresas y familias toman decisiones en función de lo que el Tesoro y el BCRA harán en el 2021