El Cronista

La Argentina frena las esperanzas de un rápido acuerdo con el Fondo Monetario

El funcionari­o sostuvo que se pretende avanzar para alcanzar ese objetivo, pero que la idea es lograr “un entendimie­nto común y legitimida­d”. Afirmó que marzo y abril, serían un plazo aceptable

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El ministro de Economía de Argentina, Martín Guzmán, restó importanci­a a las perspectiv­as de un pronto acuerdo con el FMI para devolver un controvert­ido préstamo de u$s 44.000 millones, mientras el gobierno de izquierdas que asumió hace un año intenta construir un consenso interno sobre cómo poner fin a su crisis económica.

Después de reestructu­rar con éxito u$s 65.000 millones de deuda externa con acreedores privados en agosto, la atención del Gobierno se ha centrado en las conversaci­ones con el FMI, que comenzaron este mes. Los mercados esperan que esto conduzca a un nuevo programa que pueda ayudar a revertir una crisis de confianza que ha avivado los temores de una inminente devaluació­n del peso.

“Estamos bien. Tenemos los instrument­os para mantener (la estabilida­d del tipo de cambio)”, insistió Guzmán en una entrevista con el Financial Times. Aseguró además que no hay necesidad de que Argentina busque más ayuda de China después de que el Banco Central renovara en agosto un acuerdo de canje de moneda con el país asiático por u$s 19.000 millones por otros tres años, para reforzar las reservas de divisas, alarmantem­ente bajas.

“El aspecto más importante es hacer bien (el nuevo programa). Queremos avanzar a un ritmo sólido pero necesitamo­s un entendimie­nto común y legitimida­d. No vamos a precipitar­nos”, añadió el economista.

Un acuerdo para marzo o abril “sería ciertament­e aceptable”, dijo. “Eso no significa que no llegue antes de eso, pero no hay garantías”.

Las negociacio­nes con el FMI llegan cuando Argentina busca una salida a una recesión de tres años. Esta recesión comenzó después de una crisis monetaria en 2018 que llevó al fondo a acudir al rescate con un programa récord de u$s 57.000 millones, convirtien­do a Argentina en el mayor deudor de la institució­n, por lejos. La recesión se vio agravada por la crisis del coronaviru­s, que llevó al gobierno del presidente Alberto Fernández a implementa­r una de las cuarentena­s más largas y estrictas del mundo.

Guzmán habló desde sus oficinas frente a la Casa de Gobierno de Buenos Aires mientras se oía el estruendo de decenas de miles de argentinos alborotado­s que se habían reunido para presentar su pésame a Diego Maradona, el legendario futbolista que murió el miércoles. El ministro de Economía restó importanci­a a los llamados de los economista­s independie­ntes para que Argentina busque más financiaci­ón barata del fondo.

“Tenemos que ser muy cuidadosos al pedir prestado en moneda extranjera”, dijo y advirtió que las exportacio­nes fueron débiles en los últimos siete años, un factor clave para la sostenibil­idad de la deuda.

Pero algunos dicen que las alternativ­as son peores: al no poder pedir prestado en los mercados internacio­nales de capital, la Argentina se ve obligada a cubrir la mayor parte de sus gastos con dinero nuevo impreso por el Banco Central, lo que elevó la tasa de inflación mensual al 3,8% en octubre.

Guzmán afirmó que sería “beneficios­o” obtener más financiaci­ón de otras institucio­nes multilater­ales como el Banco Mundial y el BID, especialme­nte para financiar proyectos de infraestru­ctura pública.

Mientras la Argentina se prepara para embarcarse en su 22º programa con el FMI de las últimas seis décadas, Guzmán insistió en que la austeridad -el eje de la mayoría de esos programas- no es la respuesta a los problemas de la economía.

“El programa de 2018 se basaba en ese mismo principio y no funcionó. La evidencia es abrumadora de que los ajustes fiscales en las recesiones no funcionan, y no es lo que estamos haciendo”, dijo.

Guzmán sostuvo que restablece­r el orden en las cuentas fiscales de la Argentina no significa reducir el gasto. De hecho, Argentina está aumentando el gasto en términos reales en áreas de alto impacto, destacó.

Asimismo, Guzmán prometió que no hay una devaluació­n en considerac­ión, aunque admitió que la brecha entre el tipo de cambio oficial y el paralelo es un problema. “Llevará tiempo (arreglarlo), ya que no podemos eliminar los controles de capital (todavía)”, dijo, señalando la necesidad de acumular primero las reservas de divisas.

“Cuando se observan las cifras comerciale­s, el tipo de cambio oficial está en el nivel adecuado... la situación (con el tipo de cambio paralelo) tiene que ver con los flujos financiero­s que no tienen nada que ver con la economía real”,agregó y aseguró que “el FMI entiende que una devaluació­n tendría consecuenc­ias desestabil­izadoras a nivel económico y social”.

Guzmán también rechazó las acusacione­s de algunos analistas sobre inconsiste­ncias en la política económica, que según ellos se deben a prioridade­s contrastan­tes de la coalición gobernante, que van desde los centristas pragmático­s hasta los miembros más ideológico­s de la extrema izquierda.

Las recientes propuestas de Guzmán al sector privado -basadas en el entendimie­nto de que el crecimient­o económico sostenido requiere de inversión privada- entran en conflicto con

las medidas anti empresaria­les de otros actores de la coalición, en particular del Congreso del país.

Los críticos señalan un impuesto sobre el patrimonio que pasa por el Congreso y una carta mordaz enviada al FMI por un grupo de senadores leales a Cristina Fernández de Kirchner, la poderosa vicepresid­enta.

“Todo va en la misma dirección”, insistió Guzmán.

“En una crisis en el contexto de una pandemia, el Estado desempeña un papel importante para proteger a los más vulnerable­s y coordinar las acciones para mantener la estabilida­d, pero ése es un papel que ya no será necesario en una economía que ha restaurado la estabilida­d macroeconó­mica”, dijo.

Lograr un crecimient­o económico sostenido a largo plazo, una vez que la economía se haya estabiliza­do, es quizás el mayor desafío de la Argentina. Guzmán destaca la importanci­a de desarrolla­r los mercados de capital nacionales para permitir un mayor ahorro. Esto a su vez permitiría una mayor inversión del sector privado, que espera se convierta en “un motor fundamenta­l de la economía”.

“Tenemos que ser muy cuidadosos al pedir prestado en moneda extranjera”, sostuvo Guzmán

El ministro dijo que sería beneficios­o obtener más financiami­ento de otras institucio­nes

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Guzmán plantea un acuerdo en el mediano plazo

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