Menor ritmo devaluatorio para enfriar precios no logra compensar desequilibrios monetarios
Datos de alta frecuencia marcan que en la primera semana de mayo habría una desaceleración respecto de abril, pero muy en el margen. Emisión pasada, tasas bajas y dólar paralelo presionan.
El Gobierno viene pisando el freno del crawlingpeg, con la esperanza de lograr que la inflación vaya aminorando hasta llegar al 29% fijado por presupuesto. En enero la apreciación nominal del dólar frente al peso fue 3,78%; en febrero, 2,86%; en marzo, 2,42% y en abril el se situó en 1,7 por ciento.
Pero los resultados no son los esperados, dado que en el primer trimestre el IPC acumuló 13% y el consenso de mercado aguarda para hoy que el Indec anuncie que en abril se situó cerca de 3,8 por ciento. Los analistas consideran que los pesos que se emitieron en 2020 pesan sobre los precios
“La presión monetaria que significó la emisión para financiar al déficit de 2020 en parte fue absorbida por la economía”, consideró Victor Ruilova, economista senior de Econviews.
Pero agregó: “Si miramos el M2 privado real ajustado por EMAE (sin estacionalidad), estamos por abajo del promedio histórico. Esto quiere decir que el dinero no está sobrando como en 2020”.
“El ancla cambiaria, salarial y tarifaria puede empezar a tener efecto ahora que cierto balance ha sido reestablecido y quizás veamos una desaceleración del ritmo inflacionario. Pero no mucho, en torno al 3% mensual”, resumió Ruilova.
En línea con esta visión, la economista jefe de Fundación Capital, Irina Moroni, sostuvo: “Los $ 2 billones de asistencia del BCRA al Tesoro durante 2020 están pasando factura, con una demanda de dinero débil. Sería preocupante repetir la expansión monetaria, siendo que hasta ahora hay cierta prudencia monetaria”.
En el primer cuatrimestre la base monetaria contrajo $ 100 mil millones, por la esterilización que viene empleando el BCRA. La contracara es que los pasivos remunerados ya alcanzan un 11,2% del PBI, cifra similar a la que llegaron las Lebac. El riesgo es distinto, porque estas letras están en manos de bancos, pero representan un compromiso de emisión.
“La tasa está fija y lo que pagan los bancos por el ahorro en pesos es negativo. Esto podría presionar la brecha cambiaria o el consumo de bienes”, indicó Julia Segoviano, economista de LCG.
Y advirtió: “La tasa no se mueve porque la otra cara son los intereses de los pasivos remunerados”.
En tanto, el economista jefe de Ecolatina, Matías Rajnerman, agregó: “El dólar paralelo tuvo impacto inflacionario en el último semestre, dado que cada vez más importadores tienen que ir al paralelo. Aumenta el tipo de cambio efectivo importador, que es una suma ponderada entre los importadores que van al oficial y los que van al paralelo”.
En definitiva, el ancla cambiaria viene teniendo un efecto pero acotado. “Los datos de alta frecuencia de precios para la primera semana de mayo muestran una desaceleración de la inflación en el margen. ¿Llegaremos a romper el 3,5% este mes?”, se preguntó Adrián Yarde Buller, chief economist & strategist en Facimex Valores.