Afuera un escenario ideal y adentro, riesgo de default
En estos días los commodities que exporta Argentina tienen los precios más altos de la última década. Las tasas de interés internacionales de corto plazo están prácticamente en cero y las de largo son bajísimas. Este escenario internacional es ideal para la Argentina, sin embargo, el riesgo país es de default y el gobierno tiene que estar restringiendo el mercado de cambios para contener el dólar, aunque hoy se vea cierta estabilidad en niveles altos. Obviamente, la crisis global desatada por la pandemia es una de las razones que impide que este contexto se convierta en crecimiento económico, pero no es la única. Antes de la crisis sanitaria teníamos problemas que no se están resolviendo y este escenario no va a durar para siempre.
En el último año, el mundo aplicó una serie de políticas monetarias y fiscales expansivas con muy pocos precedentes. En los Estados Unidos, el déficit fiscal se acercó al 12% del PBI, la Base Monetaria creció cerca de un 25 % y la tasa de corto estuvo en cero. Si bien esto permitió que la economía este mostrando una rápida recuperación (+6,4% anualizado en el primer trimestre) también la inflación comenzó a despertarse. En abril, la inflación fue del 0,8% mensual y de 4,2% anual, la más alta en 13 años. La suba del precio de los commodities en medio de una recesión global ya venía anticipando algo de eso (en los productos agrícolas además los empuja una sequía).
Pero todo eso implica que tarde o temprano cuando los problemas causados por la pandemia vayan desapareciendo, es probable que la política tan expansiva que estamos viendo hoy no sólo se vaya corrigiendo sino que puede existir la necesidad de reaccionar sobre todo en cuestiones monetarias, lo que podría llevar a fuertes aumentos de la tasa de interés internacional. En efecto, aquellos periodos en los que EE.UU. tuvo inflaciones altas terminaron con fuertes aumentos de tasas, siendo el más famoso el de Paul Volcker de principios de los 80’s.
Esas fuertes subas de tasa de interés a principios de la década de 1980 por parte de los Estados Unidos provocaron la crisis de la deuda en América Latina. Naturalmente en esa época la cuestión de la inflación se le fue un poco de las manos a los EEUU. Pero aún así es posible que en el futuro las tasas de interés deban subir para contener la inflación.
Para la Argentina esto puede significar un desafío dado que el país decidió postergar todos los vencimientos de deuda para después del 2023. Tengamos en cuenta que los vencimientos de deuda de capital e intereses qué tiene que enfrentar el próximo periodo presidencial superan los u$s 14.000 millones por año, sin contar al FMI o el Club de París. Todo ello puede representar para nuestro país un futuro complejo en materia de deuda y financiamiento del Estado.
Por eso es que la Argentina necesita un programa fiscal que
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La Argentina necesita un programa fiscal que la lleve a tener superávit primario en pocos años y si es posible equilibrio fiscal a nivel financiero
la lleve a tener superávit primarios en los próximos años y si es posible equilibrio fiscal a nivel financiero. O sea que la recaudación tributaria sea superior a los gastos antes de pagar intereses idealmente que alcance para pagar los intereses también. Tengamos en cuenta que durante la convertibilidad Argentina tenía equilibrio primario y ello no fue suficiente para evitar una crisis cuando las tasas de interés de corto plazo en Estados Unidos se fueron arriba del 4%, si bien, parte del problema pudo ser el tipo de cambio fijo, lo cierto es que en esa época, la infraestructura era más moderna, la deuda era más baja y no había Inflación.
Ello implica que la economía Argentina va a necesitar un período largo y continuo de reducción del déficit fiscal. El programa de Guzmán contempla en principio una reducción de déficit fiscal que de hecho viene sucediendo, pero aún falta mucho y, aún así, esto ya está provocando conflictos políticos. Sería más fácil este proceso si la Argentina pudiera volver a crecer porque ello significaría más recaudación que facilitaría la mejora de las cuentas públicas. Pero para eso, sin lugar a dudas lleva a la necesidad de reformas estructurales y todo un plan integral.
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Una reducción de déficit fiscal, de hecho viene sucediendo, pero aún falta mucho y, aún así, esto ya está provocando conflictos políticos internos