El Cronista

Guzmán se aferra a la idea de que Basualdo dará un paso al costado

- Ezequiel Chabay Periodista

El episodio que pareció amenazar con una salida anticipada del ministro de Economía, Martín Guzmán, fue dado por terminado tanto por él mismo, como por Alberto Fernández, que tras una semana exitosa en sus negociacio­nes con países europeos para acordar una postergaci­ón de pagos con el Club de París y el FMI, es capaz de conceder cualquier cosa al catedrátic­o de Columbia.

Guzmán da por descontado que el subsecreta­rio de Política Energética, Federico Basualdo, rebelado contra su autoridad tras impedir un aumento en las boletas de luz residencia­les, dará un paso al costado en las próximas semanas cuando el Presidente resuelva la interna abierta en el Frente de Todos con el sector más fiel a Cristina Kirchner.

Pese al “estado zen” con el que se lo ve pública y privadamen­te, las esquirlas del conflicto obligaron al ministro a recalcular la política tarifaria. No solo demorada por la lucha intestina, la progresiva suba de tarifas, que defiende a capa y espada, ahora será dilatada más de la cuenta, y segmentada para distribuir el peso de la carga en los sectores con capacidad de pago y más veloz recuperaci­ón de la crisis sanitaria.

Guzmán camina tan aferrado a su libreta roja, que lleva a todos lados, como a la programaci­ón fijada a partir del Presupuest­o 2021. “Tenemos que gestionar aquellos que planeamos”, suele decirle a su equipo. Y lo que más le importa es ejecutar aquello que se propone. Aunque también le signifique también caminar por la cornisa y exponerse a una caída si soplan torrentes kirchneris­tas.

El quidproquo que propone Guzmán es simple: continúa la suba de tarifas, pero con segmentaci­ón y sin golpear a los consumidor­es que patalean para mantener la cabeza por encima de la vara de pobreza que fija el Indec.

Años atrás, el mismo intento a cargo de Julio De Vido tuvo un rotundo fracaso. Ahora, el Estado cuenta con más “instrument­al” a través de la ANSES, sobre todo a partir de haber elaborado una política de transferen­cia de ingresos durante la pandemia, cuyo destaque fue el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), y que permitió conocer a más de 3 millones de argentinos que no cobran planes, ni laboran en la formalidad.

Por todo eso, el equipo del ministro no zozobra cuando dice que “quiere lo mismo” que Oscar Parrili, es decir, mantener una transferen­cia de ingresos para los golpeados de la pandemia. Como un mantra, insiste en querer “un rol expansivo del Estado” y “al mismo tiempo ir poniendo cuentas en orden”, indispensa­ble para bajar la inflación de modo gradual.

El ministro confía que cuando Fernández resuelva la interna en las próximas semanas, el Subsecreta­rio se irá

El quidproquo que propone Guzmán es simple: continúa la suba de tarifas, pero con segmentaci­ón

El progresivo aumento tarifario, que el ministro defiende a capa y espada, será dilatado más de la cuenta

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