Por el salto en la inflación, cae el consumo de las familias y crecen las compras en cuotas
Guzmán resiste embates internos y se concentra en la energía y la revisión del FMI
La inflación está instalada desde hace años como el problema económico que más desvela a los argentinos. Pero su evolución incesante y la falta de soluciones ha llevado ese nivel hasta el 94% de las respuestas, 30 puntos más que cuando se inició la cuarentena. Así lo refleja la última entrega del Monitor del Humor Social y Político que D’alessio Irol/berensztein elabora exclusivamente para El Cronista. Para paliar la situación, 42% de los encuestados indicó que trata de consumir solo lo prioritario; 34% intenta no tener deudas con las tarjetas de crédito y 23% se fija si puede pagar en cuotas antes de comprar ropa o un electrodoméstico, entre otras opciones. El ministro Guzmán sigue concentrado en resolver, como prioridad, los faltantes de energía para el invierno.
El presente es negativo, la proyección futura no le va en zaga y el principal motivo es la inflación, un fenómeno que crece y atraviesa los diferentes estratos, sin distinción de banderías políticas. Un mal por el que los argentinos señalan responsables y para el cual plantean posibles soluciones, mientras se ven obligados a cambiar hábitos de consumo, según lo revelan en la última entrega del Monitor del Humor Social y Político que D’alessio Irol/berensztein elabora exclusivamente para El Cronista.
El estudio, elaborado de manera online en base a las respuestas de 984 adultos de todo el país, muestra un deterioro profundo de la percepción social sobre la actualidad económica comparada con la registrada hace un año. Hoy 73% considera que es peor, 20 puntos más que en marzo de 2020 y 10 que hace un año.
El dato condice con el crecimiento de la proyección negativa que expresan sobre lo que se observará dentro de doce meses. Un 67% prevé un escenario peor, también 20 puntos más que los registrados hace 24 meses y 9 en la comparación interanual.
“Se nota un deterioro del humor social aún antes de que se implementen las correcciones de tarifas y otras medidas derivadas del acuerdo con el FMI”, remarcó el politólogo Sergio Berensztein
No es casual así que las principales preocupaciones sociales permanezcan ancladas en cuestiones económicas, particularmente la incesante suba del Índice de Precios al Consumidor.
De hecho, la inflación es el primero de los problemas que aparece en la lista de desvelos desde hace años pero su evolución y falta de soluciones ha llevado ese nivel hasta el 94% de las respuestas, 30 puntos más que cuando se inició la cuarentena por la pandemia. Una mirada prácticamente unánime, al punto que el guarismo llega al 100% entre quienes votaron por la izquierda en las últimas elecciones, pero también registra 97% entre electores de Juntos por el Cambio, 95% en libertarios, 91% en el Frente de Todos y un 90% en los de otras fuerzas.
Para paliar la situación, los encuestados señalaron apelar a diferentes fórmulas. Un 42% de las respuestas múltiples indicaron que tratan de consumir menos, solo lo prioritario. En tanto, 34% intenta no tener deudas con las tarjetas de crédito, un 24% camina más en busca de mejores precios, 23% se fija si puede pagar en cuotas antes de comprar ropa o un electrodoméstico, 22% compra menos carne, 22% paga en efectivo si obtiene descuento, 21% deja de ahorrar, 20% tiene la heladera más vacía y 15% se fija si el producto está en Precios Cuidados.
Mientras tanto, la espiral inflacionaria abrió un debate que exhibe las diferencias políticas en el país y del que no escapa ni la propia fuerza gobernante (ver aparte). Pero en el que el Gobierno es apuntado como el principal responsable para la mayoría de los encuestados.
En este punto, un 55% considera que el origen de la inflación radica en que el Banco Central emite moneda, generando un exceso de oferta que impulsa los precios al alza. Además, un 54% sostiene que el Estado gasta de manera poco eficiente, dando subsidios y planes a empresas y personas que no corresponden, mientras que un 32% apunta a la falta de confianza en el Gobierno. Una mirada con más peso en votantes de JXC, libertarios y fuerzas menores.
Claro que también un 28% señala como causa inflacionaria a la acción de empresarios que solo quieren ganar más y un 24% a un aumento innecesario de los intermediarios. Pensamiento sostenido fundamentalmente por el votante oficialista y de izquierda. En cambio, solo un 12% observa el impacto de causas internacionales como la suba del petróleo y un 15% carga sobre los medios de comunicación.
Y ante diferentes diagnósticos surgen posibles tratamientos disímiles. En el primer grupo, prima la idea de un cambio en la política económica, que incluye control a la emisión, freno a los subsidios, incentivo para las exportaciones con reducción de retenciones e impuestos y dejar de financiar la política interna. Mientras que en el segundo, se pide un rígido control de precios y aumento de retenciones, pero también se invoca a un acuerdo entre Gobierno y empresarios con reglas claras y fijas.
Sólo un 36% de libertarios plantea dolarizar la economía, guarismo que baja a 10% en los electores de JXC.