Reactivan la planta de agua pesada para el sector nuclear
El Gobierno firmó un acuerdo para volver a producir un elemento clave de las centrales atómicas, que actualmente se importa de Rumania. Se terminará en 25 meses
El Gobierno encabezó la firma de un acuerdo entre la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) y la Empresa Neuquina de Servicios de Ingeniería Sociedad del Estado (ENSI) para la “conservación, mantenimiento y acondicionamiento” de la Planta Industrial de Agua Pesada (PIAP) ubicada en Neuquén, lo que demandará una inversión de más de $ 20.000 millones en los próximos 25 meses.
La PIAP es la planta de agua pesada más grande del mundo. El agua pesada sirve como moderador del combustible de las tres centrales nucleares (Atucha I y II y Embalse), que es el uranio natural.
El ministro de Economía, Sergio Massa, afirmó que la iniciativa representa “la construcción de una política de Estado”,
a través de la cual “se trata de impartir de manera inteligente los recursos para generarle fortaleza y músculo al Estado en la investigación, en el desarrollo de valor agregado y en el fortalecimiento de reservas”.
La secretaria de Energía, Flavia Royon, en tanto, sostuvo que esta planta tiene “posibilidades futuras de exportación”, ya que Nucleoeléctrica Argentina (NASA) necesita una producción de 485 toneladas para garantizar la provisión de agua pesada hasta el final de la vida útil de sus centrales y la PIAP tendrá una capacidad de hasta 100 toneladas anuales.
“Esta planta -apuntó Royónsin duda es un hito y pone en valor todo el conocimiento argentino en materia de energía nuclear”. “La puesta en marcha de la planta de agua pesada tiene una gran significancia por las posibilidades no tan sólo de proveer agua pesada para la tecnología de las plantas nucleares que hoy tiene la Argentina, sino también por las posibilidades futuras de exportación”, resaltó.
Después de años de baja actividad, el gobierno de Mauricio Macri decidió en 2017 desmantelar la PIAP y despedir al personal para que se reubique en el creciente mercado petrolero de Vaca Muerta.
Desde entonces, las importaciones de agua pesada desde Rumania son de entre 15 a 20 toneladas por año, a un precio de 312 dólares el kilo, por lo que suman cerca de u$s 5 millones anuales.
Adriana Serquis, presidenta de la CNEA, se ilusionó con la posibilidad de vender al exterior los excedentes de producción y aseguró que “hay apoyo político” para continuar con la reactivación de la PIAP, aún si el peronismo pierde las elecciones este año.