Uruguay busca dar respuestas a la crisis del agua
La sequía redujo las reservas de agua dulce que utiliza OSE. La necesidad de extraer el recurso de fuentes hídricas con un porcentaje de salinidad más elevado provocó malestar en la población.
Uruguay, que cuenta con una de las mayores reservas de agua dulce del mundo, sufre una sequía desde fines de 2022 que provocó problemas de abastecimiento y que en su capital, Montevideo, el agua potable tenga un sabor más salado por exceso de sodio.
Debido al déficit hídrico y la escasez de agua dulce en el río Santa Lucía y sus cuencas, la empresa estatal Obras Sanitarias del Estado (OSE) decidió desde el 26 de abril comenzar a transportar una mezcla diferente de agua disponible. El fenómeno generó quejas de los usuarios y preocupaciones de salud entre los médicos.
Por esta causa, parte del suministro que utiliza OSE en sus plantas potabilizadoras, proviene de una fuente más cercana al Río de la Plata, que recibe el agua salada del océano.
Según el Instituto Uruguayo de Meteorología (Inumet), en mayo, junio y julio las precipitaciones volverán al promedio histórico en la mayoría del país. Si las lluvias llegan a tiempo, los embalses de agua dulce podrán recomponerse y poner fin al problema. Pero no hay certezas de que eso pueda suceder.
El presidente de OSE, Raúl Montero, reconoció que la situación del déficit hídrico “está muy difícil”, pero que prevén que podrán “resistir mayo en el área metropolitana gracias a las reservas de Paso Severino.
El viernes pasado, la ministra de Salud Pública, Karina Rando, dijo en una rueda de prensa que, por el momento, el incremento de cloruro y sodio en el agua de OSE no supone “un problema de salud para la población general”.
La empresa estatal encargada de proveer el servicio elevó temporalmente el tope de sodio permitido por litro de agua, de 200 a 440 miligramos, duplicando lo establecido en las normas locales. Estas modificaciones permitirán garantizar el servicio por 30 días más, aunque desde el gobierno admiten que esta agua “no es potable en la definición perfecta de potabilidad”. Sí es “bebible” y “consumible”, insisten.
De manera preventiva, el Ministerio de Salud Pública recomendó “a las personas con hipertensión o enfermedades renales”, y a aquellas “que tienen recomendación médica de una dieta restringida en sal”, que extremen los controles de presión arterial y, “en caso de ser posible”, consuman agua embotellada.
El Poder Ejecutivo anunció que otorgarán el valor equivalente a dos litros de agua por día a la población vulnerable. El mecanismo será una transferencia que promete ser “ágil y simple”, aunque aún no está instrumentado.
La intendencia de Montevideo, en tanto, informó que las clínicas municipales entregarán, a un público determinado, recetas para que puedan acceder a agua embotellada gratuita en comercios barriales.