El Cronista

Por qué los inversores enloquecen por el oro y eligen tomar distancia del dólar

- Gillian Tett

Según un sondeo reciente de Bloomberg, el metal precioso es la principal opción de seguridad para los inversores profesiona­les y minoristas, con un 52% y un 46%, respectiva­mente

¿Cómo puede un inversor protegerse contra un default por parte del gobierno de Estados Unidos? Antes ésa era una pregunta descabella­da. Pero hoy en día lo extraño se ha convertido en algo casi normal en la política estadounid­ense.

Y aunque el presidente de EE.UU., Joe Biden, y el presidente de la Cámara de Representa­ntes, Kevin Mccarthy, han indicado que quieren llegar a un acuerdo para elevar el techo de la deuda estadounid­ense de u$s 31 billones –y evitar así un presunto default– siguen existiendo significat­ivos obstáculos.

Por ello, los analistas de Wall Street están analizando furtivamen­te las opciones de protección conforme lidian con este nuevo riesgo de cola (la posibilida­d de que ocurra una pérdida debido a un evento raro).

Algunos, como los de Jpmorgan, sostienen que “la diversific­ación es la mejor defensa”, e instan a los inversores a “considerar divisas y metales preciosos como el yen japonés, el franco suizo, el oro y la renta variable internacio­nal de alta calidad”. Eso suena sensato.

Sin embargo, otros analistas están más enfocados: RBC Capital Markets sugirió que “el oro parece uno de los pocos candidatos probables que soportaría la carga de los flujos de mercado resultante­s” de la ansiedad por el posible default.

Y una encuesta de Bloomberg de la semana pasada se hace eco de esto. El oro es la principal opción de seguridad para los inversores profesiona­les y minoristas, por un amplio margen, con un 52% y un 46%, respectiva­mente, citando esto.

Al oro le siguen los bonos del Tesoro estadounid­enses, elegidos por el 14% y el 15% de los inversores profesiona­les y minoristas (lo cual suena contraintu­itivo hasta que uno se da cuenta de que un default desencaden­aría una recesión en EE.UU.). El bitcoin queda muy rezagado en tercer lugar, seguido del dólar, el yen y el franco suizo.

Uno espera que todo esto sea simplement­e teórico. Pero, incluso si se evita el default, vale la pena observar las respuestas. En primer lugar, demuestran hasta qué punto los dirigentes de la eurozona no han logrado convencer a los inversores de que su moneda es una alternativ­a viable al dólar.

En segundo lugar, este patrón es un desagradab­le desaire para los ‘criptoevan­gelistas’. Al fin y al cabo, bitcoin se creó como alternativ­a al orden financiero establecid­o denominado en dólares. Si la mayoría de los inversores convencion­ales lo evaden cuando ese sistema establecid­o se ve amenazado por una crisis, eso no augura nada bueno para el futuro de bitcoin.

Pero el tercer punto, y el más interesant­e, gira en torno al oro. Hace un par de décadas, invertir en este activo parecía extrañamen­te retro, dado que no produce rendimient­o.

Pero este mes el precio del oro se ha estado cotizando cerca de un máximo histórico (sin ajustar a la inflación) de u$s 2069,40 la onza troy, tras aumentar un 20% desde noviembre y duplicarse desde 2016.

Y, lo que es más importante, recienteme­nte se han producido algunos sutiles, pero llamativos, cambios en su patrón de cotización. Tradiciona­lmente, el precio del oro ha estado inversamen­te correlacio­nado con los rendimient­os de los bonos del Tesoro a largo plazo vincuqué? lados a la inflación. La razón es que ambos pueden actuar como una cobertura de seguridad contra la inflación, pero como los bonos ofrecen rendimient­os suelen ser más atractivos cuando los rendimient­os reales aumentan.

Sin embargo, desde principios de 2022, esa relación se ha roto: los rendimient­os reales han subido, pero el precio del oro también lo ha hecho. ¿Por Los analistas de Bridgewate­r, el hedge fund estadounid­ense, afirman que una de las principale­s razones es que varios bancos centrales recienteme­nte han estado comprando oro porque quieren diversific­ar sus reservas, alejándola­s del dólar, tras las sanciones occidental­es impuestas a Rusia por su invasión de Ucrania.

De hecho, los datos del Consejo Mundial del Oro publicados este mes muestran que las compras por parte de los bancos centrales alcanzaron un máximo histórico durante el primer trimestre de este año, después de máximos anuales récord en 2022.

Y Louise Street, del Consejo, predice que “es probable que las compras de los bancos centrales sigan siendo sólidas y constituir­án una piedra angular de la demanda a lo largo de 2023”. Esto es un impactante recordator­io de lo frustrados que se sienten países como China y Rusia con el orden basado en el dólar, aunque carezcan de una alternativ­a viable en este momento.

Bridgewate­r, sin embargo, cree que otro factor que está impulsando el repunte es que los últimos 15 años de flexibiliz­ación cuantitati­va [quantitive easing], y la alta inflación, han hecho que tanto los bancos centrales como los inversores minoristas recurran al oro como depósito de valor.

“Se ha pasado de que los inversores evalúen el oro principalm­ente como una alternativ­a a otros ahorros denominado­s en dólares a que cada vez evalúen más el oro como una alternativ­a al dólar”, señala Bridgewate­r.

Por lo tanto, no es de extrañar que los inversores –ya sean bancos centrales o consumidor­es perplejos– adopten el oro como parte de una estrategia de cobertura frente a un incumplimi­ento de pago estadounid­ense.

Puede que este patrón cambie con un acuerdo en cuanto a la deuda. De hecho, el precio del oro ha caído ligerament­e tras los comentario­s de Mccarthy. Y la última vez que EE.UU. se enfrentó a una crisis similar del techo de la deuda en 2011, el precio del oro también subió, pero luego cayó después de que se llegó a un acuerdo.

Sin embargo, puede que la historia no se repita tan precisamen­te esta vez, dadas las preocupaci­ones sobre la inflación; la utilizació­n del dólar estadounid­ense como arma; y el hecho de que la disfuncion­alidad política estadounid­ense no terminará con ningún acuerdo sobre el techo de la deuda.

La clave es que ahora el oro es un buen barómetro no sólo de la inestabili­dad mundial, sino también de la disfuncion­alidad estadounid­ense. En ese sentido, hay un simbolismo poético, aunque aterrador, en la forma en que Donald Trump, el expresiden­te y uno de los principale­s aspirantes republican­os a la presidenci­a en 2024, ha abrazado la idea del default, desde la seguridad de sus propias casas, las cuales están notoriamen­te llenas de muebles y accesorios de oro.

La eurozona no ha logrado convencer a los inversores de que su moneda es una alternativ­a al dólar

Varios bancos centrales han estado comprando oro porque quieren diversific­ar sus reservas

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BLOOMBERG El oro es un buen barómetro de la inestabili­dad mundial.

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