En el último año de Alberto, Arcor facturó y ganó menos (pero vendió más polenta)
En 2023, la facturación consolidada de Arcor cayó un 1,6%, a $ 1,91 billones. Su beneficio, en tanto, resultó de $ 26.051,85 millones, menos de un cuarto de los $ 110.177,17 millones que había ganado el año anterior.
En su reseña informativa, el grupo que, desde abril, preside Alfredo Pagani atribuyó el retroceso a los problemas que, durante todo el año pasado, enfrentó en la Argentina, mercado en el que obtuvo el 68,3% de sus ingresos: inflación, caída del consumo, la “imposibilidad de trasladar aumentos de costos a precios” -sutileza para no referirse explícitamente a los controles- y las dificultades de abastecimiento de insumos. Todas, características del último año de gestión económica del mandato de Alberto Fernández. Pero, también, le atribuyó parte del impacto a la devaluación del tipo de cambio oficial que hubo en diciembre, anunciada por Luis Caputo 48 horas después de la asunción de Javier Milei.
“El año 2023 se caracterizó nuevamente por ser sumamente complejo, especialmente, en la Argentina, principal escenario para el desarrollo de los negocios del grupo”, consignó Arcor en su memoria, difundida el viernes.
“En ese contexto, el grupo alcanzó un resultado operativo consolidado de $ 108.172,4 millones, lo que representa un deterioro respecto del año anterior, ya que, expresado en términos de ventas, significa un 5,6%, mientras que, en el año 2022, fue del 6,8%”, contrastó.
El cierre del ejercicio, añadió, fue un resultado final de $ 26.051,9 millones, equivalentes al 1,4% de sus ventas. En 2022, el margen fue del 5,7 por ciento.
Los negocios de consumo masivo (golosinas, chocolates, helados, galletas y productos funcionales) tuvieron una disminución de los volúmenes vendidos en algunas categorías, reportó. Sin embargo, aclaró, “lograron mantener e, incluso, aumentar el volumen de otras categorías cuyo consumo está más relacionado con la indulgencia y el consumo ‘on the go’”.
Esto, añadió, profundizó el crecimiento de las categorías “blandas” (gomas, masticables, chicles) por sobre las “duras” (caramelos, chupetines, turrones). La marca Mogul tuvo su año récord de ventas, apuntó.
En general, el negocio Golosinas y Chocolates vendió por $ 350.495 millones contra $ 348.020,5 millones de 2022 (en moneda homogénea).
“El contexto en el que operó el negocio durante el año 2023 fue complejo en términos económicos, en especial, por la incertidumbre generada por la alta inflación de la Argentina. El negocio enfrentó problemas de abastecimiento durante el año debido a restricciones en las importaciones de insumos. Las categorías más afectadas fueron chicles plegados y caramelos duros”, describió.
Por su parte, el negocio de Alimentos vendió por $ 147.760,3 millones, ligeramente por encima de los $ 147.583,9 millones del año anterior (otra vez, medidos en moneda homogénea). En esta división, el grupo aglutina a marcas como Arcor, BC, Salsati, Presto Pronta y La Campagnola. “Durante 2023, se observó una caída general del consumo, producida por los efectos de la inflación y la pérdida de poder adquisitivo de los consumidores, que afectó a algunas de las categorías en las que participamos”, señaló.
“En este contexto, el Negocio Alimentos tuvo una disminución de los volúmenes vendidos respecto del año anterior”, agregó. Entre las categorías “que tuvieron una performance positiva en toneladas a pesar del contexto” (sic) mencionó bebidas, sabores y jugos en polvo... y una categoría de la que su marca, Presto Pronta, es referente: la polenta.
El grupo local con más mercados en el mundo (130) sufrió en su balance del año pasado todos los ‘males’ de la Argentina