El Cronista

Superávit gemelos: dudas sobre la sostenibil­idad en el ajuste fiscal

Analistas ponen la lupa en las dificultad­es de mantener los recortes previsiona­les y sociales. La recesión implicará menos importacio­nes, pero también menor recaudació­n.

- Florencia Barragan fbarragan@cronista.com

El Gobierno alcanzó un hito al volver a tener superávit gemelos, con las cuentas ordenadas desde el lado fiscal y comercial. Aunque el presidente, Javier Milei, asegura que el superávit fiscal “no se negocia”, independie­ntemente de la aprobación de la ley ómnibus, analistas económicos advierten sobre su sostenibil­idad. Del lado externo, ningún analista duda de la continuida­d, pero advierten que no es vía las exportacio­nes por donde proviene la acumulació­n de reservas del Banco Central, y ponen la lupa sobre la deuda comercial.

“Ambos superávits se alimentan entre sí: la caída del 40% real del gasto primario reduce la demanda privada, achicando así las necesidade­s de importacio­nes, y contribuye­ndo al superávit comercial”, analizó en un informe el Banco Provincia.

El superávit fiscal financiero fue de $338.112 millones durante febrero, explicado más por el recorte del gasto que por la recaudació­n. Claudio Caprarulo, director de la consultora Analytica, anticipó que el ajuste podría continuar en dos partidas clave: “El mayor ajuste se dio cumpliendo el contrato social entre Milei y sus votantes, porque fue en la obra pública. Después las que más cayeron fueron las transferen­cias a provincias, que no estuvieron en discusión en la campaña electoral y cuyo impacto no se traduce directamen­te en un reclamo de los votantes sobre el Poder Ejecutivo Nacional. Por lo tanto, más allá de sus graves consecuenc­ias, es más factible que se pueda sostener”.

Además, Caprarulo resalta que el Gobierno hizo durante este bimestre un “colchón fiscal” que le servirá, debido a que el mayor gasto del Estado, que son las jubilacion­es, irán al alza, mientras que los ingresos atados a la actividad interna profundiza­rán su caída. De todas formas, también el Gobierno tendrá un punto a favor por la compensaci­ón que genera estacional­mente la recaudació­n del comercio exterior.

Del otro lado, también el superávit fiscal despierta interrogan­tes. Desde LCG analizaron: “Un 45% del recorte del bimestre responde a un menor gasto previsiona­l y social, donde pesa mucho más el efecto licuación que la motosierra”. Con una desacelera­ción de la inflación,

Un 45% del recorte del bimestre responde a un menor gasto previsiona­l y social

merma el efecto licuación. Si bien la nueva fórmula de jubilacion­es que propone el oficialism­o es más beneficios­a que la actual, implicará “una licencia fiscal”, debido a que “se aplicará sobre un ajuste ya consumado”, analizó Caprarulo.

Además, están las dudas de la sostenibil­idad social del ajuste. En LGC analizaron: “Siguen quedando dudas respecto al costo social de esta convergenc­ia fiscal acelerada. La falta de enforcemen­t para las reformas que el Gobierno intenta aplicar ponen dudas sobre la posibilida­d de mantener el ajuste en el tiempo”.

Finalmente, también despiertan dudas los gastos pisados: “El interrogan­te es qué va a pasar cuando la falta de ejecución genere fallas en los servicios de alcance masivo, como el transporte público, la provisión de electricid­ad -a la fecha CAMESSA a penas recibió un transferen­cia por $140.000 millones- o la educación”, concluyó Caprarulo.

Por el contrario, ningún analista tiene dudas sobre la continuida­d del superávit comercial. “La recesión y un dólar más alto profundiza­rán la baja de las importacio­nes”, anticipó

LCG. Del lado de las exportacio­nes, en Abeceb estiman que se recuperará­n en todos los rubros tras la sequía del 2023 y con los hidrocarbu­ros como protagonis­tas, por lo que si bien las dinámicas de precios internacio­nales están a la baja, se compensa por las mayores cantidades. De hecho, casi la mitad del superávit comerical se explicó por la balanza comercial energética favorable. En Abeceb estiman que el superávit comercial podría cerrar el 2024 en torno a los u$s 15 mil millones.

De todos modos, en el Banco Provincia plantean un interrogan­te: los superávits gemelos le permitiero­n al Gobierno recomponer reservas por u$s 8.000 millones, que más que cuadruplic­ando al superávit comercial (u$s 2.200 millones). “Esto se explica por la acumulació­n de deuda comercial de privados, producto del freno en el pago de las importacio­nes. Entre enero y octubre, la deuda comercial representó, aproximada­mente, 1 de cada 5 dólares importados. En diciembre y enero ese número saltó a 4 de cada 5. Por eso, aun cuando se mantenga el superávit comercial, es probable que el incremento de reservas se modere”.

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El comercio exterior muestra buenos números

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