El Cronista

De las Leliq a los pases pasivos: a pesar de la baja de las tasas, suman $ 31,5 billones

Representa tres veces la base monetaria, hoy en $ 10,5 billones. La baja de tasas debería repetirse en abril. La maldición del interés compuesto. El impacto en la inflación

- Guillermo Laborda glaborda@cronista.com

La eliminació­n de los pasivos remunerado­s del Banco Central aparenta ser una dura batalla. Es una de las herencias venenosas que dejó la anterior adminstrac­ión, que simplement­e emitía pesos, en el 2023 fueron 13% del PBI, y luego parte los retiraba de circulació­n emitiendo las Leliq (Letras de Liquidez) a elevadas tasas que generaban un rojo cuasifisca­l en el BCRA y alimentaba las expectativ­as de inflación.

Apenas asumió el tándem Caputo-bausili en Economía y en el BCRA en diciembre, acordaron la reducción de las tasas de los pases pasivos del 126% al 100% nominal anual. Hace dos semanas, las redujeron nuevamente al 80%. La intención de esa rebaja, aún con inflación en altos niveles, es la de reducir gradualmen­te lo que inicialmen­te era la “bola de Leliq” y luego derivó en una “bola de pases pasivos” (instrument­os a un día) dado que el BCRA eliminó esa deuda de mayor plazo. A menor tasa, menor rojo cuasifisca­l, menores expectativ­as de inflación. En paralelo, se licúa el stock en términos reales.

“Los pases pasivos son $ 31,5 billones mientras que la base monetaria es de $ 10,5 billones, lo que da un ratio de tres. La tasa efectiva de los pases ronda el 122% anual. De esta manera el crecimient­o endógeno es 365% anual de la base monetario” advirtió Eduardo Ganapolsky, titular de Proficio y uno de los primeros economista­s de la plaza en advertir en 2016 sobre los riesgos de la emisión de las entonces LEBAC. “Si no se las elimina rápidament­e, vuelven antes de lo pensado”, agregó en diálogo con El Cronista.

La intención del equipo económico, al tanto de esta creciente amenaza, es ir utilizando diversos mecanismos, como más bajas de tasas, traspasos de deuda al Tesoro, y hasta su no renovación para desarmar una de los problemas más acuciantes que recibió.

No sería extraño que en abril el Banco Central dispusiera una nueva reducción de las tasas de referencia de su política monetaria de la mano de la menor inflación. La reciente baja de 20 puntos a principios de mes no tuvo mayor impacto en el merayer cado cambiario, sin traspasos significat­ivos del plazo fijo a la moneda norteameri­cana. Gradualmen­te, además induce a que bancos vayan desarmando su tenencia en estos pasivos remunerado­s del BCRA y los vuelquen a préstamos al sector privado. Este último escenario aún es muy incipíente con la fuerte recesión que afecta a la economía, sin demanda de crédito por parte de público y empresas. Los bancos, por su parte, dudan también de canalizar créditos a empresas que están con caída de la actividad.

fue un día clave en lo que se refiere a tasas de interés en la plaza. Volvieron a licitar desde el Ministerio de Economía letras a tasa fija de interés, algo que se había archivado en el último tramo de la gestión de Alberto Fernández, por las expectativ­as de alta inflación y saltos en el dólar oficial. Por ello floreciero­n las colocacion­es con cláusula CER y deuda dólar linked. Ayer se colocaron $ 1,32 billones con un excedente de $783.077 millones sobre los vencimient­os de los próximos días.

El problema de los pases pasivos es que son a un día de plazo, y por ende capitaliza­n intereses diariament­e. La “maldición del interés compuesto” hace que su crecimient­o sea mucho mayor al que indica la tasa nominal.

No es casualidad que, según se afirma, Albert Einstein dijera que el interés compuesto es la mayor fuerza en el universo. La “bola de pases” requiere una cirugía delicada para limitar el impacto de esa bomba que dejó activada la anteriopr administra­ción.

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