El CEO de Boeing y altos directivos dejan la compañía en plena crisis
El número uno de la fabricante, Dave Calhoun, se retira de su cargo a fin de año. Lo propio harán el responsable de aviones comerciales y el presidente del Board, tras la falla en 737 MAX en pleno vuelo sucedida en enero.
El presidente ejecutivo de Boeing, Dave Calhoun, dejará su cargo a fin de año, en medio una amplia reorganización de la dirección de la compañía motivada por la crisis de seguridad que enfrenta el segundo mayor fabricante de aviones del mundo.
La reestructuración desatada tras la falla de un panel de un avión 737 MAX en pleno vuelo en enero, incluye el anuncio de varios cambios en el directorio. Stan Deal, presidente ejecutivo de Boeing Commercial Airplanes -es decir responsable de la división de aviones comerciales- se jubilará inmediatamente y lo reemplazará Stephanie Pope, directora de operaciones de la empresa.
El presidente de la junta, Larry Kellner, también informó que no tiene previsto seguir en el cargo cuando termine su mandato actual.
“Quiero compartir con ustedes que decidí que este será mi último año como director ejecutivo de nuestra gran empresa y ya notifiqué a la junta directiva la decisión”, anunció Calhoun, que está al frente de la compañía desde 2020, en un comunicado.
El ejecutivo ha estado bajo presión desde el incidente del 5 de enero, cuando un panel se desprendió de un vuelo de Alaska Airlines a unos 16.000 pies de altura. “El accidente del vuelo 1282 de Alaska Airlines fue un momento decisivo para Boeing. Debemos seguir respondiendo con humildad y total transparencia”, enfatizó.
A la vez, Steve Mollenkopf ha sido nombrado nuevo presidente del consejo de administración.
La crisis de Boeing igualmente se inició hace cinco años cuando dos 737 Max-8 se estrellaron en circunstancias similares, en octubre de 2018 y marzo de 2019, lo que dejó un saldo de 346 personas muertas.
La empresa se enfrenta desde entonces a una fuerte investigación y las autoridades estadounidenses han frenado la producción mientras intenta solucionar los problemas de seguridad y calidad.
La semana pasada, un grupo de presidentes ejecutivos de aerolíneas estadounidenses solicitaron reuniones con directivos de Boeing para expresar su preocupación por el accidente del 737 MAX 9 de Alaska Airlines, afirmando que era una señal inusual de frustración por los problemas del fabricante y Calhoun.
La crisis de la compañía ha frustrado a las aerolíneas que ya están luchando con los retrasos en las entregas tanto de Boeing como de su rival Airbus, y el fabricante de aviones ha estado ‘quemando’ más efectivo de lo esperado en este trimestre, según explicó la agencia Reuters.
Algunos inversores dijeron que la reestructuración no sería suficiente para abordar estos problemas persistentes. De hecho, las acciones de Boeing han perdido aproximadamente una cuarta parte de su valor desde el incidente de enero.
“Necesitan algo más que una simple reorganización a nivel del presidente ejecutivo y del presidente del directorio simplemente están paralizados a la hora de tomar decisiones”, afirmó Robert Pavlik, gestor senior de carteras de Dakota Wealth a Reuters. “Van a necesitar un poco más. Es hora de que Boeing resuelva esto”, agregó.
Calhoun dijo a la cadena CNBC que tomó la decisión de dimitir. “Fui yo quien les avisé que a finales de este año planeo retirarme”. Y agregó que deseaba quedarse en la empresa hasta fin de año para abordar cuestiones de calidad.
El principal rival de la compañía, Airbus, consiguió recientemente pedidos de 65 aviones de dos de los principales clientes asiáticos de Boeing, en lo que algunos consideraron una señal de la preocupación de los ejecutivos por Boeing.
Dave Calhoun está bajo presión desde que un panel se desprendió de un avión de Alaska Airlines en pleno vuelo.