Se ‘pica’ la pelea por el share en el mercado de repelentes
Como el mayor fabricante está con su producción al máximo, las marcas más chicas quieren aprovechar el boom de demanda
Con el principal fabricante local de repelentes trabajando al tope, otras marcas refuerzan la importación de un insumo clave para responder al pico de demanda -y, en consecuencia, faltantes- que generó la disparada de casos de dengue.
Como sucedió en enero con la anterior invasión de mosquitos, en una temporada con ventas récord para el sector, los fabricantes más chicos refuerzan las compras en el exterior de deet.
También de icaridina, principio activo que, menos agresivo por su nivel más bajo de toxicidad, se usa en bebés y niños.
Así, buscan competir con SC Johnson y morderle share. La dueña de OFF!, Fuyi, Raid y Baygon concentra el 80% de las ventas. Y, por más que reponga stocks, la abrupta demanda supera su capacidad de producción, por lo que no hay certeza de cuándo estarán abastecidos supermercados y farmacias.
En los últimos días, sus productos desaparecieron de las góndolas, especialmente, los repelentes en todos sus formatos: aerosoles, spray y cremas. Los comercios no tienen fecha de cuándo les entrará mercadería.
En la industria, aseguran que todo dependerá de cómo evolucione el brote, una escalada histórica de 151.000 casos confirmados y 106 fallecimientos, y a la espera de que se implemente de forma masiva la vacuna.
Así es que, en la última semana, los productores más chicos reforzaron los pedidos en el extranjero, como Algabo. La firma es dueña de la marca Stop Vais y produce para terceros, como Farmacity y Dia.
Implementó cargas aéreas cada 10 días para importar deet desde China, cuando suele traerlo por contenedores en barcos, que tardan hasta 60 días.
“En enero, se agotó en siete días el insumo. A los cuatro días de cuando llega, ya repartimos nuestros productos a distribuidores. Luego, tenemos cuatro días ociosos hasta que vuelve a entrar deet al país”, explicó Andrés Bollati, hijo de Alberto, CEO y fundador de la firma, y gerente.
Sólo en enero, Algabo vendió el 70% de la proyección prevista para 2024. “Ya llegamos a casi 2 millones de unidades en lo que va del año, cuando años atrás lo habitual era entre 300.000 y 400.000”, señaló el ejecutivo de la compañía, con 10% del share.
“Traer el deet por vía aérea es caro. No solemos hacerlo de esta forma por eso. No obstante, decidimos no trasladar este incremento en los costos al producto final. De seis referencias que producimos, dos van a rentabilidad negativa”, destacó Bollati.
Sobre el abastecimiento, el ejecutivo aclaró que “todo dependerá de si la competencia logra dar a basto”. “Tratamos de que cada unidad que se produce llegue rápido al consumidor. No estamos preparados para abastecer todo el consumo”, argumentó en relación a la incapacidad de absorber por completo la demanda que recibe SC Johnson.
En tanto, Queruclor fabrica todos los días en su planta de Garín, Aktiol y repelentes para terceros. “Tenemos stock y estamos despachando producto a diario. Únicamente estamos elaborando aerosol, no cremas. Porque la demanda está concentrada en ese producto y no hay tantas opciones en ese formato”, afirmó Walter López, cofundador de Queruclor.
La firma trabaja con un proveedor que importa el deet. “La venta avanza más rápido que la reposición. Por eso, hay precios abusivos por parte de comerciantes. Un aerosol que debe salir $ 3000 se vende en algunos lados a $ 10.000”, argumentó López.
Empresas como Algabo (Stop Vais) y Queruclor (Aktiol), que concentran menos del 20% del mercado, amplían la fabricación para contener la disparada de la demanda