El peso del antecedente de Rosenkrantz en el camino de Lijo a la corte
Mientras el Gobierno prepara los pliegos para nominar a Ariel Lijo para cubrir la vacante en la Corte Suprema que dejó Elena Highton de Nolasco, el juez continúa con objeciones a su candidatura, mayormente vinculadas a su hermano Alfredo ‘Freddy’ Lijo. No obstante, marcan fuentes judiciales, hace varios años que el magistrado está distanciado de su familiar con quien ya no tiene relación alguna.
Diferentes instituciones de abogados sentaron diferencias en las últimas semanas alegando a inconvenientes legales. Así y todo, luego de diversas investigaciones judiciales llevadas a cabo por la AFIP y la UIF, fuentes oficiales afirman que “no existe causa o denuncia en el Consejo de la Magistratura” que genere problemas para la postulación de Lijo.
En Comodoro Py marcan que “el problema es el futuro, y cómo se comportará Lijo, juez de la Corte, con relación a su hermano”. A pesar de diferentes actores judiciales que denuncian presuntas “ventajas” por ese parentesco, fuentes deslizaron como antecedente las objeciones que, previo a su asunción en la Corte Suprema, tenía el abogado Carlos Rosenkrantz por integrar un estudio jurídico con su socio, Gabriel Bouzat.
En rigor, el hoy juez del máximo tribunal asesoraba en su paso por el sector privado a un centenar de las empresas más importantes del país. Aquello fue tomado con preocupación y se marcó que su socio podría ofrecer influencias en la Corte.
El Senado, que tenía una composición totalmente opositora al Gobierno en ese momento, finalmente no tuvo en cuenta ninguna de esas impugnaciones. Ya como juez de la Corte, Rosenkrantz se excusó en las distintas causas en las que Bouzat o su estudio estuvieran presentándose como partes actuantes.
“Cuidó muchísimo esa cuestión y no tuvo ningún inconveniente”, señalan desde el Palacio de Tribunales.
Asimismo, hay abogados que se quejaron de Bouzat porque presuntamente tendría alguna ventaja para ofrecer a sus clientes por tener a su exsocio en la Corte Suprema. Pero las quejas nunca se dirigieron al juez. Y en rigor, la presunta incompatibilidad por conflicto de intereses terminó jugándole en contra en tanto que el abogado sabe que cuenta siempre un voto menos, el de su exsocio, en cualquier causa que lo involucre.
En la Justicia marcan que el problema de hermanos, parientes, socios, es un clásico en los poderes judiciales. “Es correcto decir que un hermano o socio no tiene por qué ver frustrada su carrera profesional porque hay un juez en su familia”, comenta un funcionario judicial, quien alega que, al igual que hizo Rosenkrantz, Lijo solo debe disponer como cuestión fundamental la transparencia y el control sobre las actividades de ambos.