Los precios de las materias primas podrían mantener alta la inflación
El organismo advirtió que es poco probable que continúen las caídas de las materias primas, lo que haría que la inflación mundial se mantenga alta, complicando un eventual recorte de tasas
Según el Banco Mundial, es improbable que los precios de la energía y otras materias primas sigan siendo una fuerza deflacionista importante en los próximos años, lo que dificultaría los esfuerzos de los bancos centrales por recortar las tasas de interés.
El prestamista multilateral señaló en un informe publicado ayer que la fuerte caída de los precios de las materias primas en los dos últimos años se ha detenido, ya que las tensiones geopolíticas restringen los suministros y la demanda de metales industriales y los que se usan en la transición energética sigue creciendo.
Los precios mundiales de las materias primas se desplomaron un 40% entre mediados de 2022 y mediados de 2023, con el petróleo, el gas y el trigo entre los que más cayeron. Esto contribuyó a reducir la inflación mundial en unos dos puntos porcentuales durante ese periodo, según el banco.
Pero en el último año los precios se han estabilizado, según el índice del Banco Mundial, poniendo fin a esta presión deflacionista.
“La inflación mundial sigue invicta”, declaró Indermit Gill, economista jefe y vicepresidente primero del Grupo del Banco Mundial. “Una fuerza clave para la desinflación, la caída de los precios de las materias primas, ha chocado contra un muro básicamente. Esto significa que las tasas de interés podrían seguir siendo más altas de lo previsto este año y el próximo”.
“El mundo se encuentra en un momento vulnerable: una gran crisis energética podría socavar gran parte de los progresos realizados en la reducción de la inflación durante los dos últimos años”, añadió.
El banco prevé que los precios de las materias primas caigan hasta un 3% en 2024 y 4% en 2025. Esto seguiría dejando los precios 38% por encima del promedio entre 2015 y el inicio de la pandemia en 2020.
Según el informe, esta ralentización de la caída de los precios contribuirá poco a contener la inflación, que todavía se encuentra por encima de los objetivos, y crea un problema para los bancos centrales que quieran bajar las tasas de interés.
“El gran tema” era que los precios de las materias primas se mantenían altos mientras el crecimiento mundial se ralentizaba, declaró Ayhan Kose, economista jefe adjunto del Grupo del Banco Mundial, al Financial Times.
Esta divergencia marcaba el inicio de “una nueva era”, añadió Kose, señalando que la última vez que esto ocurrió fue tras la crisis financiera mundial de 2008.
Mientras que la mayoría de las materias primas seguirán bajando de precio, pero a un ritmo más lento, según las previsiones del banco, el cobre subirá a medida que la transición energética estimule la demanda de este metal, que es clave para para la producción de vehículos eléctricos y la modernización de la red eléctrica.
El crecimiento de dos dígitos de la inversión mundial en energía “ejerce una presión adicional sobre la demanda, manteniendo los precios más altos”, afirmó Kose. La demanda en China también ha sido más robusta de lo esperado, añadió.
El informe también prevé que las tensiones en Medio
Oriente harán subir el precio del oro –considerado un refugio en tiempos de conflicto– y del petróleo. El banco espera que el precio del crudo Brent alcance un promedio de u$s 84 por barril este año, ligeramente superior al promedio del año pasado, y de u$s 79 en 2025.
Sin embargo, el informe añade que los precios de las materias primas podrían ser aún más altos si recrudece el conflicto en Medio Oriente. “Esas tensiones conllevan una cierta prima, especialmente en el contexto del precio del petróleo, y también movimientos de precios más frecuentes”, dijo Kose.
El banco prevé que, si el conflicto se intensifica en el peor de los casos, los precios del petróleo podrían superar los u$s 100 por barril este año. Una suba tan brusca elevaría la inflación global en casi un punto porcentual.