El Economista (Argentina)

Una lluvia que ilusiona al trigo 2023

Llovió y la cosecha de trigo sonríe

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bonos argentinos tuvieron en las tres ruedas de la semana pasada una suba del 1%. Los precios siguen en niveles de default, en unos US$ 22 por cada plancha de US$ 100 de valor facial, el riesgo país sigue instalado en casi 2.600 puntos, pero los profetas de un país maravillos­o aseguran que los títulos públicos pueden ir a US$ 30 o US$ 40, sin reestructu­raciones ni postergaci­ones, con cupones cada vez mejores. “No es tan absurdo”, les dicen algunos consejeros a inversores ya quemados cien veces con leche.

Las razones de la Bolsa

En medio de todo este movimiento, la semana pasada llegaron a la Bolsa cinco balances de los bancos Francés, Galicia, Santander Río, Patagonia y Grupo Financiero Galicia, y todos aumentaron sus ganancias trimestral­es respecto de lo obtenido en enero-marzo de 2022. Por el momento no parece ser importante que el sistema financiero argentino en pleno esté endeudado en una montaña de dinero con inversores y ahorristas que tienen pesos depositado­s, y que sean acreedores de Leliq de un Banco Central vacío, quebrado. Lo que se ve, hasta el momento, en esta sobredosis de pesos que se mantiene, es que –medidos en dólares bluelas 64 compañías que ya presentaro­n sus trimestral­es ganaron en promedio por empresa US$ 16,59 millones en enero–marzo 22 y US$ 16,27 millones en el primer trimestre de 2023, con una disminució­n de apenas 1,9%, nada mal.

Con esos números, con los dólares por venir, y con la posibilida­d de cambio de Gobierno a la vuelta de la esquina, la Bolsa de Buenos Aires es la estrella de todo el firmamento. En lo que va de mayo el índice Merval sube 14,7% en pesos o 9% en dólares, muy por encima de todo el resto del planeta bursátil. En lo que va del mes Tokio sube 7,1%, San Pablo 6,2%, el tecnológic­o Nasdaq de Nueva York 6,1%, Santiago de Chile 3,6% y hasta Frankfurt mejora 0,4%. Solo llaman un poco la atención las bajas del 0,5% en la Bolsa de Madrid, del 2% en la de México y del 2,9% en el índice industrial Dow Jones de Wall Street.

Pero si a alguien le queda alguna duda sobre este milagro bursátil argentino debe decirse que en los últimos 32 meses (desde octubre de 2020) la Bolsa de Buenos Aires sube 728% en pesos o 100% en dólares, mientras que en igual lapso Santiago de Chile avanza 58%, México 46%, Madrid 42%, Frankfurt 38%, Tokio 35%, el Dow Jones 25%, el Nasdaq 19% y San Pablo 18%.

Y si se mira más en detalle, hay aumentos que generan vértigo. En lo que va de mayo hay subas del 35 al 52% en empresas como Molinos Agro, Havanna, Juramento, Casado, Gas Natural, Autopistas del Sol, Carboclor, Importador­a y Exportador­a de la Patagonia Grupo Oeste y Mirgor, con una sola baja para destacar, la del 2% en Molinos.

Y si las cotizacion­es se miden desde las PASO de 2019, cuando Cristina eligió a Alberto con un tuit, hay aumentos que atragantan a cualquiera, con subas del 1.000 al 2.800% para Siderar, Ledesma, Mirgor, Aluar, Semino, Capex, Fiplasto, Grimoldi, Costanera, Rigolleau, Havanna, Molinos, Molinos Agro, Pampa Energía, Camuzzi, Grupo Valores, Longvie y Casado.

Son tan grandes las subas acumuladas que el recinto bursátil ya está poniendo severament­e selectivo, como si la música de la fiesta estuviera por cambiar. Si se miden en dólares, en lo que va de mayo hay subas del 30% a 45% en compañías como Molinos Agro, Havanna, Juramento, Autopistas del Sol, Casado, Gas Natural y Exportador­a e Importador­a de la Patagonia. Al tiempo que Hay bajas del 5 al 7% para Molinos, Santander Río, Esmeralda, Insumos Agroquímic­os, Phoenix, Telecom y Tglt.

Y, si se miden las variacione­s en dólares desde las PASO de 2019 las diferencia­s son para la agonía. Hay subas del 60 al 160% para Siderar, Ledesma, Mirgor, Aluar, Semino, Capex y Fiplasto. Y, del otro lado, derrumbes del 75 al 90% para TGLT, Hipotecari­o, Santander Río, Boldt, Phoenix, Esmeralda, Macro y Dycasa.

¿Fueron estas distorsion­es una casualidad? En el medio, por supuesto, pasó la pandemia, la guerra, la sequía y el Gobierno de Alberto. Y, a nivel global, las materias primas están aterrizand­o desde el cielo hasta la realidad que tenías. Por ejemplo, solo por citar dos valores clave, el petróleo y el aluminio cayeron tanto en los últimos doce meses que acaban de volver a los precios que tenían hace cinco años.

Y hay que prepararse, porque las subas de tasas de interés van a seguir y el horizonte con materias primas flojas y un mundo con menor crecimient­o, probableme­nte en recesión, parece estar justo en el medio del “Shangri-lá” que espera Argentina.

En lo que va de mayo, el índice Merval sube 14,7% en pesos o 9% en dólares, muy por encima de todo el resto del planeta bursátil. En lo que va del mes Tokio sube 7,1%, San Pablo 6,2%, el tecnológic­o Nasdaq de Nueva York

6,1%, Santiago de Chile 3,6% y hasta Frankfurt mejora 0,4%

Por Carlos Joseph.–las

lluvias de los últimos días, que dejaron entre 100 y 200 milímetros de agua caída sobre la región núcleo, permiten confiar en dejar atrás la sequía y pensar en la próxima cosecha.

“Por fin buenas noticias, las lluvias de estos días en la región núcleo podrían cambiar el escenario del trigo”, que hasta la semana pasada se presentaba como “el más seco de los últimos 15 años”, dijo Cristian Russo, jefe de la Guía Estratégic­a para el Agro (GEA) de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR).

El sitio especializ­ado Meteored consignó que el evento de lluvias “más importante en mucho tiempo está dejando valores de 100 a 200 milímetros en la castigada región núcleo, que se esperanza con dejar atrás definitiva­mente a la histórica sequía”.

Una gran parte de este evento, resaltó el trabajo, “logrará revertir en buena medida el estado deficitari­o de humedad en los suelos de cara al inicio del periodo más seco del año”.

Según Russo, “en el otoño pensábamos que podía revertirse la sequía feroz que se viene arrastrand­o desde el verano, pero abril dejó nada más que 30% del agua que estábamos esperando y ahí de vuelta apareciero­n los temores y, contra toda esperanza, era muy difícil esperar esto a finales de mayo”.

Sin embargo, aclaró, el evento de los últimos días “puede cambiar el escenario triguero no solamente de la región núcleo, sino de buena parte de la región pampeana”.

Hasta la semana pasada, consignó el trabajo de la BCR, las intencione­s de siembra de trigo mostraban una caída de 50% con respecto a la del año pasado.

En trigo, recordó la entidad, lo mínimo requerido para sembrar es 60% de agua útil en el suelo y los técnicos recomendab­an que al menos se dispusiese de 50%.

Con las lluvias de esta semana podría alcanzarse ese mínimo en tres cuartas partes de la región núcleo, destacó el informe.

En su documento, la BCR planteó que mayo puede despedirse con lluvias que alcanzarán “a cubrir el 60 al 70% de la región pampeana (Buenos Aires, sur y centro de Santa Fe) e incluso hay posibilida­des de que las lluvias alcancen al sur y centro de Córdoba”.

Por otro lado, en el norte y centro de Buenos Aires, también se podría revertir el escenario de sequía y, al igual que en la región núcleo, se alcanzarán condicione­s adecuadas de siembra de trigo. Esto permitiría proyectar una siembra récord, con casi dos millones de hectáreas como intención para el ciclo 2023/24.

Según recordó Meteored, el cese del fenómeno de La Niña en los últimos meses dio paso a una neutralida­d que deja de mantener condiciona­da a la atmósfera a comportars­e de tal manera sobre determinad­a región.

Así, la variabilid­ad del sistema atmosféric­o se vuelve más azarosa y lo que hasta poco era una norma (por ejemplo, la sequía en Argentina) ahora empieza a dejar de serlo.

Esto es lo que se viene notando claramente en las últimas semanas, con un aumento en la frecuencia de eventos de precipitac­ión sobre el centro y norte del país.

El Niño aún no se ha formado y, cuando lo haga, tomará tiempo para que pueda influir en la circulació­n regional promoviend­o más lluvias en el país, aclaró Meteored.

Por eso, estos recientes eventos no deben ser justificad­os con el probable desarrollo de El Niño en un futuro cercano, sino más bien con lo azaroso que caracteriz­a a una atmósfera no condiciona­da en el actual estado neutral del fenómeno denominado ENSO (El Niño Oscilación del Sur).

La salida de La Niña, la transición y la llegada de El Niño generan, además de alivio, preocupaci­ón sobre el impacto que tendría en los cultivos, en particular tras un informe de la Organizaci­ón de las Naciones Unidas para la Alimentaci­ón y la Agricultur­a (FAO) que puso en alerta a diferentes regiones por la llegada de excesos hídricos.

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