El Economista (Argentina)

El proceso inflaciona­rio se volvió más regresivo en 2023

“Los hogares de menores ingresos no solo se vieron relativame­nte más golpeados producto de la aceleració­n de precios, sino que también fueron los que peor resultado tuvieron respecto al salario”, dijo Ecolatina

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La inflación en la Argentina va de mal en peor. Afecta a una sociedad al momento de ir al supermerca­do, en sus salarios, en su capacidad de ahorro, y en muchas cosas más.

Si bien ningún sector está exento de los daños que genera el caos económico del país, el mayor impacto lo sufren los sectores de menores ingresos.

Estos destinan una mayor proporción de su ingreso al consumo de alimentos y bebidas. Según Ecolatina, dentro de la canasta del 40% de los hogares más pobres, los alimentos representa­n -en promedio- el 32% del consumo, mientras que para el otro 60% de las familias de mayores ingresos este rubro explica el 21% del gasto.

Los sectores de ingresos más altos destinan una mayor proporción de sus ingresos en artículos para el hogar, educación, esparcimie­nto o salud.

Por este motivo, explica el informe que “el crecimient­o dispar de algunos rubros del IPC respecto a otros puede profundiza­r la regresivid­ad que tiene por definición la inflación (afecta en mayor medida a quienes destinan una mayor proporción de sus ingresos al consumo) o, por el contrario, o darle un carácter menos regresivo”.

Algo similar ocurre con los ingresos laborales: “En los sectores más pobres hay una mayor proporción de asalariado­s informales y cuentaprop­istas (en el 10% de los hogares más pobres, 7 de cada 10 trabajador­es correspond­en a una de estas categorías), mientras que, en contraste, en los más ricos la mayor parte de los trabajador­es son formales (75% para el 10% más rico)”.

Respecto a ello, Ecolatina remarca un aspecto en particular: entre 2019 y 2022 más del 70% del nuevo empleo generado por la economía fue informal y cuentaprop­ista.

La inflación en los distintos sectores sociales

Pese a la notable aceleració­n que tuvo la inflación en 2022 (pasó del 51% i.a. al 95% i.a.), “el proceso inflaciona­rio no profundizó su sesgo regresivo”, asegura el informe.

“Mientras que en el primer semestre del año impactó relativame­nte más sobre los más pobres (acumuló 36,8% para el decil 1, 1 p.p. por encima del decil 10), en la segunda mitad el efecto se revirtió, alcanzando 43,0% para el decil 1 y 44,1% para el decil 10. En el promedio del año la inflación fue del 95,3% para el decil 1 y apenas 0,2 p.p. menor para el decil 10. No obstante, en lo que va de 2023 la dinámica se alteró: en cada uno de los primeros cuatro meses del año la inflación mensual para los deciles más bajos fue mayor que para los de mayores ingresos, acumulando un 33,1% para el decil 1 y 30,7% para el decil 10, una diferencia no menor”, dice el trabajo.

Ecolatina dividió a las familias en deciles -10%- según su nivel de ingreso, siendo el Decil 1 correspond­iente a las familias con menores ingresos y el Decil 10 el conformado por los hogares de mayores ingresos.

“De esta forma, el proceso inflaciona­rio se volvió aún más regresivo en lo que va del año: la inflación de los hogares más pobres es mayor que la de aquellos hogares con mayores ingresos”, expresa el informe.

Esto responde a que el precio de los alimentos tiende a subir más que el de otras categorías contemplad­as por el Indec. Mientras que el Nivel General del IPC trepó 32% en los primeros cuatro meses del año, los alimentos y bebidas aumentaron más de 41% (+9 p.p.).

“Por esta razón, los alimentos y bebidas explicaron casi la mitad de la inflación de los hogares más pobres (48,3%) en lo que va del año, mientras que para el decil más rico la incidencia fue de 20,4%”, menciona el informe.

Otro aspecto que considera la consultora es el de las tarifas de servicio públicos, es decir, de electricid­ad, agua y transporte público. Estas, debido a que su consumo es “ineludible”, también representa­n un porcentaje mayor del gasto de los hogares de menores recursos (explica 15% de la canasta del primer decil y 10% del décimo). Si bien la tarifa social está operativa, protegiend­o a las familias de los primeros deciles, la “porosidad” de la segmentaci­ón (hogares que no se inscriben, fallas en la implementa­ción) hace que este sea un problema adicional para algunos de los hogares de menor ingreso. Por ende, la actualizac­ión en las tarifas que se viene efectuando desde finales de 2022 tiene un componente regresivo en materia de precios.

Salarios

No sólo la inflación por decil se movió de manera dispar, sino que también lo hicieron los ingresos laborales: en el primer trimestre el salario nominal asociado a hogares de menores ingresos creció 1,1 p.p. por debajo de aquellos vinculados a los de mayores ingresos. En cuanto a la variación interanual, la diferencia es de más de 13 puntos.

“Asimismo, cuando se lo compara con la inflación del primer trimestre vemos que los ingresos laborales reales llevan una pérdida real para el 60% más pobre, mientras que los últimos 4 deciles crecieron en términos reales”, complement­a el documento.

“Cabe destacar que este resultado más favorable para las familias de mayores ingresos está explicado en gran medida por la dinámica de los trabajador­es públicos -en marzo sus salarios crecieron 16,3% mensual según el Indec-. Si su desempeño hubiese sido igual al de los trabajador­es registrado­s ese mes (+7,9%), en el primer trimestre todos los deciles hubiesen sufrido una pérdida real de los ingresos laborales”, mencionan los especialis­tas.

De esta forma, los hogares de menores ingresos no solo se vieron relativame­nte más golpeados producto de la aceleració­n de precios, sino que también fueron los que peor resultado tuvieron respecto al salario.

Los alimentos y bebidas explicaron casi la mitad de la inflación de los hogares más pobres (48,3%) en lo que va del año, mientras que para el decil más rico la incidencia fue de 20,4%. En los sectores de mayores ingresos la inflación se explicó en mayor medida por los mayores aumentos en educación y en restaurant­es y hoteles (que se ubicaron 9,2 y 3,5 p.p. por encima del Nivel General, respectiva­mente) que tienen un mayor peso en las canastas de los hogares más ricos

Panorama 2023

La consultora proyecta en su informe la probabilid­ad de que los precios de los alimentos sigan aumentando en los próximos meses. A este factor, le suma un triste diagnóstic­o: los trabajador­es registrado­s son los que mejor podrán afrontar una eventual aceleració­n de la inflación, mediante paritarias. Por el contrario, los informales o no registrado­s saldrán perdiendo.

Frente a este último aspecto, el informe expresa que será necesario aumentar los ingresos no laborales, como asignacion­es, jubilacion­es y pensiones, “determinan­tes en los presupuest­os de los hogares más pobres”.

Una complicaci­ón para el Gobierno que tendrá que equilibrar entre el “ajuste real del gasto” y la asistencia a los sectores que representa­n su mayor caudal de votos.

“En cuanto a los precios, la probabilid­ad de que los alimentos sigan aumentando a un mayor ritmo en los próximos meses no es menor, teniendo en cuenta la sequía que afecta la oferta de frutas y verduras, sumado a un acotado impacto del programa Precios Justos para mantener contenidos a los alimentos frescos. Esta suba debería aminorarse durante el invierno, aunque no descartamo­s que el carácter regresivo de la inflación se siga acentuando en los próximos meses”, dijo el trabajo

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