Suben las presiones políticas sobre la Fed
En los años de las elecciones presidenciales en Estados Unidos, la Reserva Federal siempre trató de pasar desapercibida y no tomar decisiones que pudieran influir de una u otra forma en el proceso político. El propósito siempre fue el de excluir a la política monetaria del debate electoral.
Pero no siempre se logró porque hubo circunstancias económicas que obligaron a actuar sin dilaciones aun en medio de las campañas presidenciales. Hasta la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, los presidentes anteriores se habían abstenido de hacer comentarios sobre las decisiones de la Fed porque consideraban que esa intromisión hubiese sido castigada por los mercados.
En su conferencia de prensa posterior a la última reunión de la Fed, Jerome Powell sostuvo que se “concentrarán en hacer su trabajo”.
Pero aunque la Fed quiera tomar distancia, no cabe duda que sus decisiones influirán en el proceso electoral. Si se apura la baja de tasas, se corre el riesgo de que inflación resurja mientras que si demora el recorte, puede subir la desocupación.
Por ese motivo, desde la política se intentará presionar a la Fed. En la campaña de Trump dicen que Powell quiere ayudar a la reelección de Joe Biden creando un clima más favorable instalar la idea de que habrá una baja de tasas. Del otro lado, un influyente senador demócrata sostuvo que la dureza monetaria ya no es la “herramienta adecuada para combatir la inflación”.
Una banquera que no tiene restricciones para participar de ese debate es Christine Lagarde que en una entrevista reciente en la CNN no dudo en alertar sobre los riesgos que implica para Europa un triunfo de Trump que volvería con sus políticas proteccionistas.