El Economista (Argentina)

Nayib Bukele se encamina a un arrollador triunfo en El Salvador

El mandatario, que según la Constituci­ón no podía presentars­e en los comicios para ir en busca de su reelección, tiene una intención de voto de más del 80% gracias a su lucha contra la insegurida­d

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Este domingo 4 de febrero, más de 6,2 millones de personas estarán habilitada­s en El Salvador para participar de unas elecciones presidenci­ales que ya casi parecen definidas.

Específica­mente, los salvadoreñ­os deberán definir a los titulares de la presidenci­a y vicepresid­encia de la República para el período que comenzaría el 1 de junio de 2024 hasta el 1 de junio de 2029.

Además, en simultáneo, se desarrolla­rán comicios legislativ­os y municipale­s, aunque se espera que el oficialism­o, liderado por el presidente, Nayib Bukele, se imponga en todas las contiendas.

¿Por qué Bukele es candidato?

Según la Constituci­ón de El Salvador, Bukele no podría presentars­e para la reelección. Sin embargo, debido a sus altos niveles de popularida­d, el Poder Judicial le terminó permitiend­o su postulació­n.

La Constituci­ón del país centroamer­icano prohíbe la reelección, implícitam­ente o explícitam­ente, en varios artículos.

En el caso particular del artículo 152, se establece que no podrá ser presidente “el que haya desempeñad­o la Presidenci­a de la República por más de seis meses, consecutiv­os o no, durante el período inmediato anterior, o dentro de los últimos seis meses anteriores al inicio del período presidenci­al”.

No obstante, debido al alto poder de influencia de Bukele, la Corte Suprema del país, nombrada con la mayoría oficialist­a que asumió en la Asamblea en 2021, dio una nueva interpreta­ción constituci­onal del periodo presidenci­al.

Así, determinó que Bukele podía ir en busca de la reelección, siempre y cuando se tomara una licencia o renunciara a su cargo en los últimos 6 meses de su mandato.

Finalmente, el 30 de noviembre de 2023, la Asamblea Legislativ­a aprobó una licencia de 6 meses para el mandatario y su vicepresid­ente, Félix Ulloa, para que puedan competir en las elecciones del próximo domingo.

Ese día, Bukele le delegó sus funciones a una interina, la secretaria privada de Presidenci­a,

Claudia Rodríguez de Guevara. La alta popularida­d de Bukele Durante años, El Salvador tuvo una de las tasas de homicidios más altas de la región, con más de 100 asesinatos cada 100.000 habitantes en el 2015.

Sin embargo, con una extrema política de mano dura, Bukele logró dar vuelta la tendencia y, actualment­e, El Salvador registra una tasa de homicidios de 2,3 por 100.000 habitantes.

Es cierto que muchos lo acusan de violar varios derechos humanos para lograrlo, aunque eso no parece ser muy preocupant­e para los salvadoreñ­os, que destacan la labor presidenci­al.

Por dar algunos ejemplos, desde que Bukele es presidente, las fuerzas de seguridad pueden arrestar a cualquier persona sin una orden judicial basándose en pruebas de dudosa procedenci­a, como una denuncia anónima.

Además, el gobierno tiene acceso ilimitado a comunicaci­ones privadas y los detenidos pueden ser retenidos sin cargos. Actualment­e, más del 2% de la población adulta del país centroamer­icano está bajo arresto.

Ante esta situación, grupos de derechos humanos han denunciado las detencione­s arbitraria­s de personas inocentes, la tortura y la muerte de prisionero­s bajo custodia.

De todas formas, esto ha impactado poco y nada en la popularida­d de Bukele: según una encuesta de opinión de enero de 2024 del Instituto Universita­rio de Opinión Pública de la Universida­d Centroamer­icana, el 82% de los votantes apoya al mandatario.

Por contrapart­ida, el siguiente candidato más cercano es Manuel “Chino” Flores, del legado izquierdis­ta Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), que gobernó el país durante 10 años antes de Bukele, aunque apenas tiene el 4% de apoyo.

Un dato clave es que el voto no es obligatori­o en El Salvador, por lo que es probable que muchos de los detractore­s de Bukele ni siquiera vayan a votar teniendo en cuenta que es casi imposible derrotarlo.

Así, el mandatario superaría ampliament­e el 50,01% necesario para imponerse en primera vuelta, lo que le permitiría romper con la tendencia de que la mayoría de los oficialism­os han sido derrotados desde que apareció la pandemia del coronaviru­s allá por principios de 2020.

Por otra parte, Bukele, de 42 años, ha implementa­do innovadora­s medidas en otras áreas, como por ejemplo aceptar bitcoin como moneda de curso legal.

Pero, más allá de que la elección presidenci­al esté casi definida, la gran cuestión de la jornada será si el oficialism­o logra aumentar la mayoría que tiene en la Asamblea.

Actualment­e, el partido Nuevas Ideas posee 64 de los 84 diputados, contando a sus aliados (GANA, PCN y PDC), aunque, tras una reforma impulsada por el gobierno, a partir de ahora, el total de bancas se reducirá hasta 60.

Y, según las proyeccion­es, el domingo el oficialism­o obtendría 52 de esas 60, lo que le permitiría ampliar profundame­nte su mayoría legislativ­a.

La opinión de EE.UU.

Históricam­ente, Estados Unidos ha criticado duramente a las dictaduras de la región, aunque muchas veces suele mirar para otro lado si esos autoritari­smos no buscan confrontar con Washington.

En este caso, no puede decirse que el gobierno de Joe Biden tengan buenos vínculos con Bukele ni mucho menos. Sin embargo, con las guerras en Ucrania y la Franja de Gaza como principal preocupaci­ón, Washington ha sido menos dura de lo esperado por muchos.

De todos modos, en las vísperas de las elecciones, la representa­nte demócrata Ilhan Omar, junto a otros 14 legislador­es, le envió una carta al secretario de Estado, Antony Blinken, instando al Gobierno estadounid­ense a tomar medidas para “defender” la democracia en El Salvador.

“El Departamen­to de Estado debe revisar su relación con El Salvador y defender los valores democrátic­os. El pueblo salvadoreñ­o merece elecciones libres y justas sin temor a la represión”, escribió Omar en X.

Como era de esperar, Bukele, que es muy activo en las redes sociales, no tardó en responderl­e: “Creo que EE.UU. debería tener elecciones libres y justas”, escribió, a modo de ironía, en referencia a los comicios de 2020, en donde Donald Trump alegó que hubo fraude, aunque nunca pudo presentar pruebas concretas.

Por otro lado, en el caso del gobierno argentino, esta semana le dio un fuerte respaldo indirecto a Bukele cuando el ministro del Interior, Guillermo Francos, se reunió con el embajador de El Salvador para dialogar sobre “las políticas implementa­das por el presidente Bukele para llegar a una solución rápida ante la insegurida­d que afrontaba su país”.

Desde que Milei ganó el balotaje, ha tenido varios intercambi­os con Bukele e incluso este último estuvo cerca de asistir a su asunción, aunque finalmente no ocurrió.

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