Enojo vecinal por una obra inconclusa
Vecinos y comerciantes se ven afectados por la obra de cloacas en avenida Benavídez entre Almirante Brown y Rastreador Calívar. “Es un desastre”, dijo una comerciante. Apuntan a la empresa encargada y a OSSE.
Hay obras invisibles a la vista que mejoran la calidad de vida de las personas. Las cloacas están contempladas dentro de este grupo. Sin embargo, para los vecinos de avenida Benavídez entre Almirante Brown y Rastreador Calívar esto llegó a complicarles su rutina diaria. Aseguran que hacen tres meses una empresa fue hasta el lugar y comenzó con la rotura del pavimento, aunque se extendió por toda la arteria principal dejando solamente el paso a los frentistas. Esto perjudicó abruptamente el día a día de la comunidad y también los ingresos económicos de los más de 400 locales que se encuentran en ambos laterales, ya sea del lado de Rivadavia o Chimbas. Fabiola Senatore es propietaria de una estación de servicio que se ubica por Benavídez pasando Arnobio Sánchez. Todo se le complicó en este último tiempo porque los camiones que llegan a suministrarle el combustible no pueden ingresar debido a que están todas las arterias cerradas. A su vez perdió el pedido de los distribuidores de bebidas que les llevaba provisiones para su kiosco que está dentro de esas instalaciones. “Cortaron todos los accesos principales y los camiones no tenían otra forma de ingresar”, relató a DIARIO HUARPE.
Senatore sostuvo que la empresa deja las máquinas en su estación de servicio y por eso pudo tener diálogo con los ingenieros que están a cargo de la obra, pero ninguno le confirmó una fecha de
conclusión de estas obras por eso reina la incertidumbre. En ella se resumen muchos de los locales de la zona que también se vieron complicados con las ventas y el aprovisionamiento de mercadería. Incluso algunos decidieron cerrar sus puertas porque no tenían clientes.
“Las obras nos afectaron muchísimo. Hemos quedado encerrados porque cortaron las arterias principales”, dijo Elena, comerciante del rubro de insumos de pastelería. “Es un desastre”, aseguró luego de quedarse varias veces sin agua por varias complicaciones que los operarios tuvieron con los trabajos. Señaló que las ventas venían siendo malas por la pandemia y ahora se agudizó más la situación. Entre los vecinos hay una dicotomía. Hay algunos que son más optimistas y piensan que esta obra vendrá a cambiarles la vida por más que tengan que soportar estos contratiempos, este es el caso de Fernando Lucero. Sin embargo, para otros sostienen que lo positivo se hubiera visto si todo se realizaba con una planificación previa y cumpliendo los plazos. Aseguran que hubo dos empresas involucradas, una que se hizo cargo de los primeros trabajos y otra que es la que está actualmente tratando de finalizarlos. De acuerdo al relato de los comerciantes, dicen que la nueva empresa es Procon a las que le piden una solución.
Escuela asilada
La escuela Presidente Arturo Ilia (por Benavídez pasando Callejón Ullum) quedó subsumida dentro del corte. Los vecinos agradecen que se haya dado este receso invernal de lo contrario los chicos no podrían haber accedido a las instalaciones.
Paradas de colectivo
Con los cortes de algunas calles, los vecinos comentaron que tienen que caminar entre seis a diez cuadras para tomarse el colectivo. Por ese sector pasan las líneas 35, 7 y 70. La obstrucción que les complicó para cambiar el rumbo es el corte del Callejón Ullum. Muchos viven en el barrio Los Pinos y Los Alerces, pero los colectivos dejaron de pasar hace más de 50 días por Benavídez por eso ahora todo es distinto.