Con bombos y banderas, los empleados de Garbarino protestaron por la falta de pago
Hace tres meses que no cobran y encima no tienen luz en el local para atender al público.
Una veintena de trabajadores de Garbarino se reunió en la mañana de ayer frente a las puertas del comercio ubicado en Rivadavia antes de Tucumán angustiados por la situación que están atravesando. Hace tres meses que no cobran, además de que les adeudan aguinaldo, un bono de fin de año y aportes, entre otros conceptos.
Con bombos y una bandera escrita con la leyenda “Garbarino no paga, San Juan presente”, se manifestaron en reclamo de una solución definitiva que les permita mantener las fuentes laborales. Aunque efectivos policiales impidieron que hicieran una marcha ruidosa porque, según explicó uno de los empleados, les dijeron que no podían alterar el orden en la peatonal. Sobreviven únicamente con el Repro, programa nacional que contempla un monto mensual de $22.000 para cada trabajador que acceda al beneficio. Sin embargo, no les alcanza y el cuello de botella se ajusta cada vez más: Garbarino no paga las deudas, tiene varios pedidos de quiebra, el local céntrico no tiene luz por falta de pago y tampoco recibe mercadería.
Juan Molina, de 30 años, es uno de los 45 empleados de la firma en San Juan, divididos entre la sucursal de Capital y la que existe en el Híper Libertad. En esta última se desempeña el joven, quien en diálogo con
DIARIO HUARPE afirmó que junto a sus compañeros están preocupados porque en la decena de audiencias que ha mantenido el dueño de la firma en Buenos Aires con representantes de la Federación Argentina de Empleados de Comercio y Servicios (Faecys) no llegaron a ningún acuerdo.
“Hasta este mes tengo para pagar los servicios y la mercadería, pero ya no aguanto más. Mi esposa tiene un emprendimiento de ropa y no hemos podido reponer la mercadería porque el dinero que entró lo usamos para seguir viviendo. Estamos desesperados, necesitamos seguir trabajando porque, encima, la situación económica del país es difícil como para salir a buscar otro trabajo”, afirmó el joven. La protesta que se realizó en San Juan estuvo enmarcada en una manifestación nacional en todas las sucursales del país. La firma, que el año pasado fue adquirida por el empresario Carlos Rosales tiene un pasivo de $4.800 millones en concepto de deudas a bancos y cheques rechazados. Actualmente se está buscando un inversor o grupo que pueda hacerse cargo del pago de estas obligaciones y reflote la empresa.