ELLE (Argentina)

“LO QUE TE PONE EN RIESGO ES ENAMORARTE. SEDUCIR ES UN ENTRETENIM­IENTO: DEPENDE COMO ESTES TU, LO QUE TE APETEZCA. A MI ME DIVIERTE ENAMORARME Y QUE SE ENAMOREN DE MI, PORQUE ES CUANDO REALMENTE ARRIESGAS TODO.”

- GABRIELA BABY

ELLE ¿Esperabas este revuelo con una novela tan íntima? MILENA BUSQUETS No, es una novela tan pequeña que no esperaba nada. ELLE ¿La escribiste en pleno duelo? M.B. No. Empecé un año y pico después. Luego de su muerte, estaba incapacita­da para pensar. Tuve que distanciar­me un poco pero no mucho. Si el recuerdo es mentiroso transforma las cosas. Escribí en el momento en que el dolor estaba fresco pero no tanto, para hacer una novela y no un diario personal. ELLE La protagonis­ta – liberal, relajada, medio hippie– y vos, ¿se parecen? M.B. En muchas cosas, sí. Depende de los días: hay días en que soy muy Blanca y otros en que no soy nada Blanca. Todos somos mucha gente. Y depende hasta de cómo hayas dormido. ELLE ¿Cómo es ser muy Blanca? M.B. Más alocada, frívola. Me importa menos qué le pasa a la gente que me cruzo, soy egoísta. La seducción importa más. Y cada día te salva una cosa distinta: un día te salva leer un libro y otro día te salva un hombre. ELLE Ella ama tener amantes. M.B. Sí, es una reacción natural para enfrentars­e a la muerte. Porque lo más vital es el sexo. Es algo instintivo. Recuerdo cuando murió mi padre, yo tenía 17 años, y pasé un año haciendo el loco. ELLE ¿Haciendo el loco? M.B. Seduciendo, ligando, dejando a un tío por otro. A los 18, cuando fui a Inglaterra por un año, la sensación era “él se ha muerto y yo necesito vivir intensamen­te”. Y ahí estaba, haciendo el loco, porque hay que ponerle trabas a la muerte para no vivir demasiado cerca de tus muertos. Convertirt­e en una persona nostálgica que echa de menos lo que ya no tiene, es muy fácil. ELLE En tu blog pusiste: “Los grandes seductores que conozco seducen para ligar, nosotras seducimos para enamorar”. ¿Te parece que siempre es así? M.B. Lo que te pone en riesgo es enamorarte. Seducir es un entretenim­iento: depende cómo estés tú, lo que te apetezca. A mí me divierte enamorarme y que se enamoren de mí, porque es cuando realmente arriesgas algo. ELLE ¿Pero es tan fácil enamorarse? M.B. ¡Yo me enamoro cada semana! Bueno, no tanto, una vez cada dos semanas… Pero no, en serio: soy enamoradiz­a. Pero no me interesa seducir por seducir. Yo vivo bien sola, hace muchos años que vivo sola –con mis hijos–, y estoy bien así. Pero en mi experienci­a hay dos cosas que valen la pena: una es el enamoramie­nto y otra tener hijos. Son las dos experienci­as iluminador­as y que trasciende­n. Dos regalos. Encontrar a alguien que vale la pena, que te saque de todo esto. A mí me gusta jugar en serio y la partida en serio es el amor: el sexo, el ligue, es otra cosa. ELLE Blanca ¿es promiscua o libre? M.B. Libre, sin duda. Tienes que ser fuerte para ser promiscua, tener relaciones sexuales y no esperar nada más. Blanca espera la salvación, espera un amor que la conmueva, que la saque del lugar donde está. Blanca y yo, los que escribimos, de inmediato nos montamos una historia. No te quedas sólo en lo físico, es más divertido montarse cuentos. ELLE ¿Enamorarse tiene que ver con montarse cuentos? M.B. Es que vivir solo en la realidad es pobre, el sexo en sí mismo es pobre. Si no hay algo más como soñar con lo que podríamos hacer, contarnos lo que ha pasado y todo eso… entonces, ¿qué? El sexo sin nada más es como comerte un pedazo de carne: distrutas el momento, pero a mí no me interesa, porque en el fondo soy una romántica. ELLE ¿Estás escribiend­o algo nuevo? M.B. Sí. Es una historia que tiene que ver con una compañera de colegio que murió. Y los personajes son de esta burguesía intelectua­l. ELLE ¿Por qué son de esa clase social? M.B. Porque es el mundo que conozco y donde ejerces la libertad. Tu familia o tu soledad las armas como quieres. Somos más libres de lo que pensamos y de lo que ejercemos. El privilegio es absoluto: no hay guerra, no somos sirios, no estamos jodidísimo­s. ELLE No toda la clase media es así... M.B. Por supuesto. Yo no trato a la burguesía catalana, y tampoco lo ha hecho mi madre. Ella salió de ese ambiente porque le parecía aburridísi­mo: me refiero a la gente a la que sólo le interesa ganar dinero, tiene casas increíbles, lujosas, ¡y no tienen biblioteca! Como se casan entre ellos, se encierran entre sus conocidos, son cada vez más tontos. Esa gente no me interesa. ELLE ¿Ni para contarlos? M.B. Son muy aburridos. Y no me gusta escribir sobre gente que no me gusta.

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