ROMINA PAULA
La muerte de un padre, el amor entre dos mujeres, la relación entre hermanos: lo más excéntrico de sus historias es su forma de espejar las situaciones más especiales, ésas que son cosa de todos los días, de todas las vidas.
Tiene la voz clara, los ojos celestes casi transparentes y una risa sonora que brota desde un lugar profundo y sincero. Tiene 37 años, un hijo de un año y medio y algunas obras de teatro escritas y dirigidas en su haber:
y (las tres publicadas por Entropía). Romina Paula –“no es seudóni- mo”, aclara– se formó como actriz y dramaturga, aunque actúa poco: trabajó en algunas películas independientes (fue la profesora de por ejemplo) y es porque ahora se entregó a otras tareas. Cuando no es con Ramón –su niño– se dedica a la narrativa: coordina un taller de escritura y da vida a novelas y cuentos.