Lautaro Delgado Mi perfil
Actor, de los consagrados en voz baja, sin alarde pero con aplauso. Sujeto tácito de nuestro cine, teatro y televisión, también es músico y docente.
Tiene más de dos décadas de carrera pero en el 2016 ya nadie pudo esquivarlo. Ganó el Premio Cóndor por su papel como la bizarra heroína Lady Di en Kryptonita y después estrenó Nafta Súper (Space), la serie que sigue la historia. Además, fue clave en el éxito de Tribus, la obra de Tolcachir. Y por supuesto: interpretó al marido de Gilda en el cine. ¿Ahora qué? En agenda tiene un rodaje con Nicanor Loreti y volver al Teatro San Martín con El inspector.
MI RINCON… en casa es el escritorio. Es una mesa de trabajo de carpintero de mi bisabuelo. Ahí leí y estudié absolutamente todos los guiones que me tocó hacer. OTRA PROFESION: mago, ventrílocuo, pintor, psicoanalista, carpintero. UNA CAUSA: la recuperación de los nietos de las Abuelas de Plaza de Mayo. ¿UN SECRETO? No están preparados para escucharlo. PARA INFORMARME… aún compro el diario. Casi no veo televisión. Y si escucho radio, busco a Víctor Hugo Morales, esté donde esté. DOMINGO PERFECTO: en el campo, con mi familia, que llueva por la mañana y se despeje por la tarde. ANTE EL INSOMNIO… no queda otra opción que leer o escribir. ¿UN LIBRO Y UN ALBUM ETERNOS? Kryptonita, de Leonardo Oyola, y Bocanada, de Gustavo Cerati. EN EL BAUL DEL AUTO… hay una pelota de fútbol y un montón de cosas más. Debería ordenarlo. En cambio en la guantera sólo llevo el botiquín y algunos mapas. ¿QUE COLECCIONO? Comportamientos, gestos y frases de gente que me cruzo en la calle. EL POSTER… de mi adolescencia era uno gigante de Jimi Hendrix. Quería tocar la guitarra como él y como David Gilmour. PERSONAJE SOÑADO: me gustaría interpretar a mis dos abuelos. Para mí fueron hermosos e inspiradores. Y también disparatados a su manera. Quisiera retratarlos. IR AL TEATRO... siempre incluye amigos y seguir la noche tomando café o tragos mientras confabulamos futuros proyectos. ¿QUE PIENSO DESPUES DE RECIBIR UN PREMIO? En no tropezar con los escalones del escenario y en abrazar pronto a mis hijos.