LAS PRIMERAS VACACIONES SIN MAMA
Horvat–. Es una posibilidad para que pueda experimentar, en un ambiente protegido, cómo es vivir bajo otras reglas y maneras, desplegar lo aprendido en casa y aprender con otra cultura.” ¡Es una linda forma de verlo!
GPS común: Antes de aceptar la invitación, es fundamental tener relación con esos anfitriones para saber cómo piensan y los criterios que manejan (por ejemplo, en torno a la seguridad). Para el durante, convertirte en la LoJack maternal: que se lleve una tablet, celu viejo, iPod, cualquier aparato transportable y con conexión a Wi-Fi. Abrile una cuenta de Facebook si aún no la tiene, poné las normas que te parezcan alcanzables y enseñale, además, a activar la función “Estoy aquí”.
¡Viva la abuela! Si se va con ella, es la panacea. La abu espera todo el año para llevárselo unos días a su departamento de Mar del Plata y tu hijo, también. Salvo que –ya sea tu suegra o tu mamá– no te cierre cómo “cuida” a su nieto. Tampoco la internes con listas: ella hará lo que crea que está bien, más allá de lo que le digas.
Pintarse las uñas en público: ¿Qué podés hacer? Confiar. ¿Qué mejor binomio que este encuentro de ADN y generacional? Juntos la pasan bárbaro. Ella le da todos los gustos y tu bebito aprovecha los mimos extras y las anécdotas de cuando vos eras chica. Entonces, pedite turno en la manicura, reunite con amigas y/o tirate en el sillón a no hacer nada. Todo va a estar bien. Y vos, distendida ¡por fin!