HOMBRES CON BARBA
UNIFICADOS POR LA MODA
La tendencia les pegó fuerte. Apareció tímidamente hace algún tiempo, pero ahora sedujo a la mayoría. Es una moda absolutamente democrática que no respeta clases sociales ni edad. Desde los ricos y famosos hasta los anónimos ignotos; desde los nietos a los abuelos. La vemos en el subte, por los pasillos de la empresa, en la televisión y las alfombras rojas. Amigos, novios, maridos… ¡Todos usan barba!
Cuando les preguntás, los más seguros dicen que les gusta y hasta, si les das tiempo, te tiran tips de cómo la cuidan. Otros te juran que no afeitarse es lo más cómodo del mundo. (Perdón, ¿sabés que se lo estás diciendo a una mujer?)
Miremos a nuestro alrededor. No hace falta salir de nuestro país. Tinelli, Messi, Otamendi (y una lista interminable de jugadores de fútbol que ahora se me escapan); periodistas como Andy Kusnetsoff, Novaresio, Lanata; hombres del espectáculo como Leo Sbaraglia, Juan Minujin, Marcos Mundstock. Caldarelli –el marido de Dalma Maradona–, Daniel Vila, el Pollo Alvarez, Pico Mónaco, Darín e hijo (salvo cuando algún protagónico los obliga a rasurarse); miembros del gabinete como Marcos Peña y Aranguren… Si seguimos agregando, la lista puede ser interminable. Y ni hablar del resto del mundo. Maluma, DiCaprio (de paso les recuerdo que está saliendo con la modelo argentina Camila Marrone), John Travolta, Johnny Depp, Ryan Gosling, David Beckman, Brad Pitt (su barba larga y plateada atrajo a Karl Lagerfeld para convertirlo en la imagen de Chanel N º5), el príncipe Felipe. No hay rubro que quede afuera.
Mirando a los asistentes de la boda del año en Inglaterra, veo muchos más. Empezando por el príncipe Harry (aseguran que tuvo que pedir permiso a su abuela, la reina, para poder casarse luciendo su barba colorada), George Clooney, David Furmida –marido de Elton John–, el de Serena Williams… Empiecen a prestar atención y verán barbas por doquier.
Algunos salen favorecidos y otros no tanto. Hay diferentes estilos: están quienes la llevan prolijamente recortada, otros largas y como al descuido (aunque todo está perfectamente calculado), con terminaciones en punta. Con y sin bigote. Teñidas, teñidas estratégicamente o canosas.
Primero tímidamente, ahora por todos lados (claro, abundan los clientes), aparecieron las barberías. ¡Y hasta parecen más divertidas que nuestras peluquerías!