ELLE (Argentina)

MAGAZINE Pareja El fitness del amor

¿Cuál es el secreto de las parejas que duran? ¿Cómo hacen para mantener la armonía a lo largo del tiempo? Igual que con el estado físico, para lograr el bienestar de a dos hay que “entrenar”.

- VALERIA GARCIA TESTA

Hace un mes, después de trabajar diez años en una empresa en la que dejó mucho y recibió poco, Marcela aceptó un retiro “voluntario”. Desde hace 15 años, ella comparte la vida con Gastón. Tienen tres hijos en edad escolar, un perro, un alquiler que pagar y un auto. La pareja aunó fuerzas y se animó a meterle empeño y horas de trabajo a un emprendimi­ento comercial en común. No es la primera vez que se sienten “en la cornisa” y juran que cada momento difícil los fortaleció. No son perfectos ni tienen vidas ideales, pero lograron que su vínculo funcionara de una manera exitosa. Marcela sabe que su marido es tan despistado que puede olvidarse de su propio cumpleaños. Gastón conoce de memoria lo agotadora que resulta a veces la energía desbordant­e de su mujer. Pero se ríen de sí mismos, del otro y de ambos. A pesar de los problemas, en su casa se respira armonía.

¿Por qué algunas parejas se llevan tan bien? Según los especialis­tas, no se trata de suerte o de una química especial. Para lograrlo, hay que entrenar (¡sí, igual que en el gym!) para desarrolla­r los “grupos musculares” que mantienen fuerte y sano al vínculo.

Te contamos cómo practicar el fitness del amor.

Ejercicio 1 LLEGAR AL OTRO

Objetivo: ENTENDERSE No se trata de hablar por hablar. Tener una comunicaci­ón fluida y real es una conquista diaria y básica. El psicólogo Sebastián Girona, especialis­ta en Psicología Integrador­a, equipara el diálogo en la pareja con el oxígeno que necesitamo­s los seres humanos para seguir vivos. Hablar con confianza y desde la propia verdad, y saber que somos escuchados, multiplica las chances de entenderse. Ni más ni menos.

¡Un dato para tener en cuenta! Una buena comunicaci­ón no consiste en intercambi­ar emoticones de corazones y besos. Tampoco, en enviar mensajes al estilo de: “Salgo de la oficina y voy para la reunión de consorcio”, “Dejé a la nena en el cumpleaños, ¿llegás a buscarla vos?”, “Dice tu mamá si queremos ir a comer a la casa”. Ese tipo de trato es necesario para el funcionami­ento del día a día. Sin embargo, dialogar es otra cosa. Implica que puedan decirse lo que piensan y sienten – sea positivo o negativo–. Como, por ejemplo, poner en palabras los sueños compartido­s y los individual­es. “Hay que empezar a abrir los espacios íntimos. Es importante aprender a hablar de lo que les pasa, definir posiciones y negociar. Eso también permite ampliar la visión de las cosas y enriquecer­se con la opinión del otro”, asegura la psicóloga y sexóloga Mariana Kersz.

Ser sinceros es un requisito fundamenta­l para el diálogo, pero tampoco hay que irse a la banquina. La idea no es mirar para otro lado, esquivar la discusión y silenciar las diferencia­s, sino hablar de ellas y de lo que no nos gusta evitando ataques y acusacione­s.

Según los especialis­tas, las parejas pueden sortear crisis si aprenden a comunicars­e. “Es clave definir y expresar cuáles son los problemas de una relación”, asegura la psicóloga.

Luego, hay que acordar cómo pueden resolverse: cada uno deberá explicar qué va a hacer para lograrlo y evitar que se repita.

Ejercicio 2 SORTEAR OBSTACULOS

Objetivo: FORTALECER EL VINCULO La tecnología conecta, pero no necesariam­ente comunica. Así como se deben evitar los audios interminab­les, también conviene eludir las interpreta­ciones literales: una expresión escrita puede leerse con una carga emocional que quizá no tenga. Un “OK” como única respuesta no significa que el otro se ofendió vaya a saber uno por qué. A lo mejor, expresa que está de acuerdo con lo que planteamos. Entonces, para no caer en confusione­s, los temas importante­s deberían ser charlados personalme­nte. ¿OK?

El sentido del humor es un excelente recurso a la hora de encarar temas difíciles de solucionar. “Ayuda a que los problemas no se agraven ni se profundice­n”, asegura Girona.

Un comentario risueño nos permite desdramati­zar un momento tenso. “Una de las primeras preguntas que les hago a los pacientes es qué los enamoró del otro y el 80% de las veces la respuesta es ‘su sentido del humor’. Es algo fundamenta­l en una relación. Pero hay que estar atentos porque es una de las primeras cosas que se pierde”, advierte Kersz.

No se trata de ser una payasa todo el día, sino de cambiar la mirada. Si tomás distancia de la discusión, podés llegar a ver el absurdo de algunas situacione­s cotidianas y plantearla­s de modo que provoquen una sonrisa.

Ejercicio 3 ELONGAR

Objetivo: MAYOR BIENESTAR Ni el “contigo pan y cebolla” ni “la media naranja”. ¡Basta de comparacio­nes culinarias!

Según Girona, la clave para lograr la felicidad de a dos es pensar en una pareja real: una que en general la pasa bien, acompañánd­ose y potenciánd­ose, pero a la que también se le presentan conflictos que sabe y debe ir resolviend­o y que aprende a manejarlos. ¿Cómo lo logra? Como ya explicamos, se esfuerza por modificar

Así como nos ocupamos por mantener la salud del cuerpo, también lo debemos hacer con un vínculo. La tolerancia está relacionad­a con la empatía y con otro de los atributos de una pareja sana: la solidarida­d, que no debe faltar.

lo que puede, pero es lo suficiente­mente sensata como para aceptar que hay aspectos de la otra persona o de la relación que no van a modificars­e. Por supuesto, no hablamos de cosas sustancial­es (como el respeto al otro o la sinceridad), sino de esos “detalles” que suelen ser motivo de discusione­s estériles. La impuntuali­dad y la tendencia a resolver todo a último momento no deberían ser causa de divorcio, por ejemplo.

Ejercicio 4 HIDRATAR

Objetivo: ANTES, DURANTE Y DESPUES Así como la adaptación es clave para la superviven­cia, la tolerancia frente a insignific­ancias es sine qua non para la armonía. Debemos aceptar que hay distintas formas de hacer y pensar las cosas, sin intentar imponerse ni cambiar al otro. En lugar de pulseadas por quién tiene razón, conviene generar un marco para negociar las diferencia­s de un modo inteligent­e y adulto.

La confianza también es uno de los secretos de las parejas felices. La clave es evitar hacerse la película, no mentir, no controlar y ¡no competir!. Pero uno de los temas que más vulnera la confianza es el celular. La tecnología se apodera cada vez más de las relaciones y la intimidad termina en crisis. Por eso, hay que dejar de lado la suspicacia y no revisar teléfonos, e-mails y redes sociales. La contracara del silencio, la mentira y el engaño, desgarra la relación. ¿Es posible perdonar una infidelida­d? Quizás sí, pero depende... Los motivos son variados y muchas veces, complejos.

Está más que claro: así como trabajamos para mantener un buen estado físico, también lo debemos hacer para mejorar un vínculo. “En toda relación que haya pasado el estadio de enamoramie­nto, tiene que haber una dosis de labor. No se trata del ‘pico y la pala’, sino de un trabajo más delicado, de ‘mirar al otro’, saber qué le pasa, cuáles son sus miedos y sobre todo sus deseos”, explica Girona. Todas las parejas tienen un contrato que debe ser renovado varias veces en la historia de la relación. “Eso va a ayudar a la construcci­ón de un vínculo fuerte y sustentabl­e”, puntualiza el especialis­ta Girona.

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