SINCRONIZADAS
También “Convertí mis contraseñas en mantras” (ELLE N° 287). ¡Pensé que era la única! Mis claves hacen referencias a mis viajes, a mis amores, a fechas especiales. No pensé que otras podrían tener la misma idea. Tal vez porque nuestro cerebro es tan secreto como nuestro corazón y nuestra memoria. Romina Benavides, Ciudad de Buenos Aires