CRECER TAMBIEN DUELE
Me pareció fascinante “Nunca me imaginé que mi hija era una mechera” (ELLE N° 291). Todavía no tengo hijos pero soy tía de adolescentes. Reconozco que hay cosas que me asustan. Así que admiro la valentía de esa madre por contar su historia y plantear el problema en el colegio. Gracias a ustedes por compartirlo. Natalia Fernández, Ciudad de Buenos Aires