ESTRATEGIA
¿Quién no padece “Síndrome del domingo”? (ELLE N°293) Desde la escuela las tardes de domingo traían para mí esa parte gris, con las tareas que anticipaban la semana. Planchar la ropa, estudiar o terminar tareas eran las rutinas de ese día. Como adulta, encontré la solución. Implementé el plan “anti-lunes”: me junto con amigos al final de la tarde y empezamos la semana con todas las pilas. Así somos agradecidos ( y disfrutamos) cuando la semana termina y también cuando se inicia.
Maria Kazmirczuk, Ciudad de Buenos Aires