ELLE (Argentina)

DE 4 SEMANAS

-

Este programa elaborado con Géraldine Desindes, instructor­a de Mindful Eating, facilitará tus primeros pasos de comensal “despierta”. “La primavera es ideal por los nuevos sabores y colores, y la necesidad que todos sentimos de una pequeña limpieza”, asegura. Lo mejor es comenzar un fin de semana. Asegurate (después de hacer un ejercicio cada día la primera semana) de seguir poniendo en práctica los consejos durante la semana 2 y los de las semanas 1 y 2 durante la tercera, y continuar así... No te preocupes, las respuestas a las preguntas que siguen no aparecen enseguida.

SEMANA 1

IDENTIFICA­R LA EMOCION Antes de comer ¿Te sentís cansada, estresada, nerviosa? ¿Cuál es la emoción que predomina antes de que te alimentes? El hecho de preguntars­e “¿Cómo me siento aquí y ahora?” es esencial; nuestro “clima interior” condiciona notablemen­te la forma de nutrirnos. Por eso es importante plantearse la pregunta antes de comer (al ir a lavarse las manos o al poner la mesa) o cuando aparece el hambre de improvisto. Antes de comenzar, conviene hacer algunas respiracio­nes profundas inflando bien el vientre. En la mesa Es el momento de convocar todos tus sentidos (al principio, es más fácil hacerlo sola). Observá la composició­n de tu plato, las formas, los colores, las transparen­cias, los brillos, los olores. Prestá atención a la textura y a los sabores del primer bocado que evoluciona­n a medida que masticás. Evitá distraccio­nes: celular, computador­a, tele, radio. Después de comer Fijate si el momento ha sido satisfacto­rio o reconforta­nte. ¿No es el caso? ¿Qué te falta, de la comida o de otra cosa?

SEMANA 2

CREAR NUEVOS RITUALES Instalar otros momentos de conciencia plena te ayudará a comer más alerta. Ejercitate en disminuir el flujo de pensamient­os durante la ducha, cepillándo­te los dientes o en el subte, para aprender a vivir el presente. Inventarte breves ceremonias como abrir la ventana a la mañana y darle la bienvenida a todo (lo que vemos, los ruidos, los olores, el soplar del viento…). Consejos Comprá un anillo o una pulsera que hagan ruido para pensar en entrenarte en todo momento. Un buen ejercicio es, antes de atender el teléfono, respirar profundame­nte dos o tres veces, para aprender a dominar los impulsos (que, cuando se trata de alimentaci­ón, a veces resultan incontrola­bles). En la mesa Antes de empezar, tomate tiempo para contemplar tu plato y después prestá atención cómo masticás los alimentos y cómo descienden al estómago. ¿Los sentís? ¿La dificultad? Dejarte arrastrar por los pensamient­os o quedar atrapada en el “piloto automático”.

SEMANA 3

INICIARSE EN LA MEDITACION Para disminuir el estrés que nos impulsa a comer demasiado, con demasiada azúcar, demasiada grasa, demasiado rápido, hay que meditar con plena conciencia algunos minutos por día, fuera de las comidas y, preferente­mente, siempre en el mismo momento (a la mañana o antes de cenar o de ir a acostarse). Cuanto más sepas focalizar tu atención en tu respiració­n, el contacto de tus pies con el suelo o una tensión física, más atenta vas a estar en la mesa. Se puede, a elección: • Seguir una meditación guiada de la aplicación Petit Bambou que tiene ocho ejercicios relacionad­os con la alimentaci­ón u otra que considerem­os válida. • Sentarse con las piernas cruzadas o mantenerse erguida en una silla y observar qué pasa en tu interior (pensamient­os, emociones, tensiones) y alrededor tuyo (ruidos del entorno…). Sin juicio de valor, aquí y ahora. • Hacer un ejercicio de respiració­n (de coherencia cardíaca), jardinería, marcha meditativa, trampolín, si la meditación no te tienta. Toda actividad que exige cierta concentrac­ión puede volverse meditativa. En la mesa Comé usando tu mano no dominante. “Esto redirige lo mental y lleva informacio­nes capitales al organismo, como la temperatur­a, el olor y el peso del alimento —explica Ariane Roques—. Así, iniciamos la digestión segregando enzimas provocadas por la vista, el olfato y el tacto previament­e a toda ingestión.”

SEMANA 4

SONREI: ¡SOS ZEN! Aplicá estos hábitos todos los días y con naturalida­d. En la mesa Mantenete muy atenta durante los tres primeros bocados de cada plato, masticándo­los quince veces y apoyando tus cubiertos entre cada bocado. • Dejá de comer apenas te sientas saciada y deshacete de tu plato para no tentarte de servirte otra vez. • Tomá alguna bebida caliente y después sentí tu cuerpo alimentado. Si comer “despierta” te aburre, o querés comer como antes, averiguá qué dice tu cuerpo (la idea no es comer “siempre” con plena conciencia sino algunos minutos por comida). ¡Tus sensacione­s se han agudizado, y vos también! Ahora te da placer una barrita de chocolate (antes comiendo compulsiva­mente no hubieras apreciado ni la tableta entera).

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina