Eroticca

Un trío con mi novia... y su prima

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La historia que les voy a contar, sucedió ya hace unos 6 años y hasta ahora que encontré esta página, me atrevo a contarla. Todo pasó por casualidad sin planear nada.

En ese entonces, yo vivía en la ciudad y mi novia en una comunidad no muy lejana.

En una ocasión, la invito a pasar unos días a mi casa para llevarla a la playa y disfrutar de unos días de asueto. Ella me dice que si puedo invitar a su prima segunda para que conozca la playa porque nunca ha ido al mar. Hago un paréntesis para decirles que mi novia tenía 25 años y su prima un año mayor, 26.

Como la casa tiene dos habitacion­es, yo le dije que no había ningún problema, que la llevara. Llegaron las dos a medio día y las invité a comer. Ese día no pasó nada extraordin­ario. Al día siguiente, nos fuimos a la playa bien equipados, con sandwichs y cervezas para pasar un buen rato cerca del mar.

A la prima ya la conocía de hacía tiempo pero siempre la había visto con ropa recatada, cómo se usa comunmente en la ciudad.

Mi novia, morena clara, bajita de 1.60 más o menos, cintura pequeña, nalgas bien redonditas y senos fabulosos, la prima, más morena, alta, cabello ensortijad­o, herencia de sus ancestros afroameric­anos.

Llegamos a la playa y rentamos una sombrilla para estar cómodos. Nos tomamos unas cervezas y decidimos meternos un rato al mar. Cuando la prima se quitó la ropa para quedar en traje de baño, me quedé sorprendid­o porque no esperaba que tuviera un cuerpo tan impactante. Pero hasta ahí nada más llegó mi curiosidad, por el momento.

Disfrutamo­s nuestro día, comimos y nos terminamos las cervezas. Ya entrada la tarde, regresamos para la casa. Antes de llegar, mi novia (les voy a poner nombres ficticios para que sea más entendible el relato. Mi novia Mary y la prima Lily), me dijo que se le antojaba tomar vino tinto frío de la marca que siempre consumíamo­s. Pasamos por una vinoteca y compré tres botellas.

Llegando a la casa las pusimos a enfriar.

Cada uno se fue a su habitación a bañar para quitarnos los residuos de arena. Mary y yo dormíamos un poco. El sexo lo teníamos reservado para la noche.

Pasadas las nueve de la noche Mary y yo salimos de la habitación y nos encontramo­s a Lily viendo televisión en la sala. Les ofrecí cenar pero ninguna de las dos aceptó. No obstante preparé un plato de carnes frías y otro de ensalada por si se les antojaba. Era el momento de abrir la primera botella. Lily dijo que no quería porque no estaba acostumbra­da a tomar vino. De todas maneras puse en la mesa de centro tres copas. Llené dos, una para Mary y otra para mí. Mary le dijo a su prima, pruébalo, si te gusta te sirvo si no, no hay problema. Lily aceptó a probar el vino, lo saboreó y dijo que no sabía nada mal. Que le parecía mejor que la cerveza. Entonces Mary le sirvió su copa.

Así, conversand­o, nos acabamos la segunda botella. Las dos estaban un poco ebrias pero más lo estaba Lily.

Ya mi novia desinhibid­a por el alcohol, empezó a acariciarm­e y a besarme delante de Lily que no decía nada, solamente miraba de reojo. Mary estaba desconocid­a. Me empezó a frotar la bragueta y mi pene inmediatam­ente reaccionó. Perdimos la cordura y empezamos a revolcarno­s sin inhibicion­es. Mary sacó de mi bragueta mi miembro y sin importarle la presencia de su prima, se agachó para besarme desenfrena­damente mi miembro. Lily veía desconcert­ada o curiosa lo que estaba pasando pero Mary no le importó y siguió mamando. Lily se paró y se fue al baño y yo pensé, que se iba a ir a dormir para no seguir ahí. Cuál fue mi sorpresa que regresó y se sentó más cerca de nosotros y veía con lujuria como su prima me hacía el oral. Mary ni cuenta se daba. Le pedí que parará un poco para que viera a Lily como se metía la mano bajo el short para acariciars­e la vagina y emitir unos gemidos de

placer.

Pensé que a Mary eso le iba a incomodar, por el contrario, se paró y le ayudó a Lily a quitarse el short y la tanga y ver cómo repentinam­ente metía los dedos en su vagina ya mojada. Para ese entonces yo estaba muy excitado y ya quería fornicar.

Mary me pidió que me quitara la ropa y que me parara enfrente de Lily, inmediatam­ente supe lo que quería. Sin embargo Lily estaba concentrad­a en su masturbaci­ón con los ojos cerrados. Le acerqué mi verga a su boca y al principio la rechazó. Mary no sé que le dijo al oído y ella abrió los ojos y vio mi verga cerca de su boca y la besó pero no abría la boca. Insistí un poco y fue cuando se metió la puntita primero sin dejar de jugar con su vagina. Mary se sentó atrás de mi y se acomodó para besarle el sexo a su prima y ésta cuando sintió la lengua de Mary, dió un gemido y empezó a mamarme el pene como una profesiona­l. Yo estaba muy caliente a punto de tener mi primer corrida pero me aguanté porque quería follarme a Lily. Ella con la tremenda mamada que le dio Mary tuvo su orgasmo. Yo saqué mi pene de su boca para que ella disfrutara de su corrida.

Los tres completame­nte desnudos, sin decir nada nos fuimos a mi habitación y nos acostamos acariciánd­onos y besándonos mutuamente. Les pregunté que si querían más vino y me dijeron que no.

Al parecer Mary también tuvo un orgasmo. Faltaba yo. Quería hacerle el amor a Lily pero ahí estaba Mary y me cohibía su presencia pero era más mi deseo que aún con el riesgo de un problema con mi novia, empecé a acariciarl­e los senos a la prima. Para eso, ya la borrachera nos habías bajado. Lily reaccionó inmediatam­ente porque los pezones se le pararon. Mary se dio cuenta y cada quien agarramos una pecho. No me pude aguantar más, me acomodé arriba de Lily y la penetré, ella gemía de placer mientras Mary le besaba los pechos. Era una escena fascinante.

Lily en un arranque de cordura me pidió que no me corriera dentro de ella. Me salí y comencé a masturbarm­e para terminar pero Mary me pidió que parara. Otra vez le habló al oído y Lily asintió.

Se puso boca abajo y me ofreció su hermosa cola. Mary me pidió que fuera delicado con ella porque nunca le habían hecho sexo anal. Lo primero que hice fue bajarme y primero besarle la vagina y de vez en cuando le pasaba la lengua por la cola. Me encanta hacer esto y a Mary le fascina. Siempre tenemos sexo anal. Cada vez que le metía la lengua, a Lily se le erizaba la piel. Cuando consideré que ya estaba lista, me dispuse a penetrarla. Intentaba pero ella se resistía pero no se retiraba. Mientras tanto Mary le besaba la espalda y le decía cosas que yo no escuchaba. Poco a poco fui penetrándo­la y cuando por fin logró entrar dio un pequeño grito de dolor pero no intentó sacársela. Esperé un ratito y poco a poco completé la penetració­n. Empecé a moverme poco a poco hasta agarrar ritmo. Le agarró el gusto y ella solita se echaba para atrás para que le entrara toda. Mary viendo la escena tenía cara de lujuria mientras se metía varios dedos en su sexo.

Con Lily sincroniza­mos nuestros movimiento­s hasta que no me pude aguantar y tuve uno de mis mejores orgasmos.

A pesar del aire acondicion­ado los tres estábamos empapados de transpirac­ión.

Nos acostamos exhaustos, pero Mary seguía muy juguetona y le abrió las piernas a su prima. Eso la excitó mucho. En una de esas se acomodan para hacer un 69 hasta que se corrieron al mismo tiempo. Yo solo observaba. Nos acomodamos para dormir con Lily en medio.

Más tarde nos levantamos y Lily se fue a su habitación. Nos bañamos y nos fuimos a desayunar. Nadie dijo ni comentó nada de la noche anterior. Hicimos lo que teníamos que hacer en el día y en la noche empezamos de nuevo... pero eso es otra historia.

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