EMPRENDEDORES: BREVE GUÍA PARA EL ÉXITO
Go-Getters: A Short Guide to Succeed
Como emprendedor se define a la persona que tiene decisión e iniciativa para realizar acciones que son difíciles o entrañan riesgos. El adjetivo que deviene del verbo emprender, procede del latín vulgar prendere y significa tomar o coger algo. Es sinónimo de acometer o empeñarse en una obra o proyecto, que puede referirse o no a la actividad empresarial mercantil, pero que generalmente se asocia a esta, gracias al economista francés Jean Baptiste Say que en 1803, en su “Traité d´economie politique”, la emplea para definir al entrepreneur (empresario) como “el intermediario entre capital y trabajo”.
De cierta forma todos hemos sido emprendedores de algo para alcanzar objetivos y sueños en nuestras vidas que comenzaron como una pequeña idea, una propuesta o una ilusión. El término se asocia no solo con llevar a cabo una obra o proyecto, sino con su concepción y comienzo.
Esta precisamente es la diferencia entre un emprendedor y un hombre de negocios, comerciante o empresario: la creación de un nuevo negocio y la innovación en el concepto de los existentes. Los emprendedores se forman, muchas veces surgen y se desprenden de organizaciones existentes. Han llevado sus negocios desde simples establecimientos a cadenas de distribución y servicios, o desde un taller en un garaje hasta poderosos imperios transnacionales; asociando el éxito a una persona, caracterizada por un perfil y rasgos de personalidad comunes.
Los emprendedores suelen tener una ilusión y el convencimiento de lo que quieren alcanzar. Son arriesgados, decididos, optimistas, apasionados, soñadores, sacrificados, constantes, comprometidos y conocedores de la actividad en la que emprenden. Además de estas cualidades de su personalidad, se pueden fomentar competencias como la capacidad de resolver problemas, de analizar, planificar, evaluar y tomar decisiones, de asumir responsabilidades, de cooperar, de trabajar en equipo, de comprometerse en nuevos papeles, de desarrollar la confianza en uno mismo, de aprender a pensar de modo crítico e independiente, de ser más creativo e innovador y con más iniciativa personal, de preparase para asumir y limitar el riesgo.
Pero para llevar adelante un proyecto de negocio es necesario, además de un espíritu emprendedor, contar con el capital (recursos financieros, capital humano, capital relacional) y la tecnología, que incluye equipamiento y conocimiento.
En el centro de esta triología (capital, tecnología y empresariado emprendedor) se debe colocar el cliente, definiendo el público objetivo, las necesidades que se pretende satisfacer y los atributos del producto o servicio.
PARA LLEVAR ADELANTE UN NEGOCIO GASTRONÓMICO HAY QUE SER CAPAZ DE IDENTIFICAR LAS OPORTUNIDADES, ASÍ COMO MOVILIZAR Y ORGANIZAR LOS RECURSOS NECESARIOS QUE PERMITAN MATERIALIZARLAS
Un emprendedor debe ser capaz de identificar las oportunidades, movilizar y organizar los recursos necesarios para materializarlas. He aquí algunos aspectos a tener en cuenta en el sector de la restauración. Hacer solo lo que te apasiona.
Tener bien definido el concepto del negocio:
¿Qué vas a hacer?
¿Con quienes lo harás? Rodéate solo de los mejores.
¿Cómo lo harás? Elabora el Plan de Negocio, con todas las herramientas del marketing, definiendo los atributos del producto o servicio, el público objetivo y los segmentos de mercado; es decir a quién va dirigido el negocio y qué necesidades se satisfarán.
¿Dónde lo harás? El éxito de un restaurante depende en un 50 % de su ubicación.
Definir la necesidad de recursos materiales y humanos.
Dominar el entorno legislativo y definir qué forma jurídica es la más adecuada.
Investigar, estudiar, observar, aprender e innovar constantemente.
La calidad como pasión. Superar las expectativas de los clientes, dar más de lo prometido, utilizar solo la materia prima de la mejor calidad en correspondencia con los estándares definidos.
El cliente es lo primero. Antes de su satisfacción está su seguridad.
Seducir a clientes, trabajadores y socios. Profesar el trabajo en equipo: liderazgo, equidad y motivación del personal. Mantener la plantilla imprescindible. Hacer sentir a los trabajadores parte del proyecto y comprometerlos con los resultados.
Si no estás preparado para los fracasos, mucho menos lo estarás para el éxito.
El futuro no se puede predecir, pero se puede planificar, previendo cómo reaccionar ante los diferentes escenarios posibles.
Aprender de los fracasos propios y de los éxitos de los demás.
Recuerda: serás juzgado por lo que terminaste y no por lo que empezaste.
Debes definir un punto de no retorno.