AGUAS… ESE PLACER INSÍPIDO

Waters… the Tasteless Pleasure

Para nadie es un secreto que el agua es considerada una bebida insípida e inolora. Sin embargo, elegirla según sus sutiles diferencias, incrementa enormemente la experiencia de comer. Elementos como el contenido de minerales y la acidez tienen un papel de vital importancia y multiplica el placer al degustar cada plato.

En la selección de las aguas más adecuadas para tipo de comida se ha de tener en cuenta que siempre se irá de menor a mayor complejidad o estructura. La excepción para esta regla se produce cuando se inicia la cena con un entremés, en cuyo caso se puede comenzar con un agua carbónica que estimulará las papilas gustativas, ayudará a salivar y preparará la boca para recepcionar el primer plato.

A CONTINUACIÓN, ALGUNOS EJEMPLOS DE COMBINACIONES:

Aperitivos:

agua osada o clásica. Llama la atención sus burbujas.

Primer plato (productos del mar ligeros):

agua sin gas. El comensal se dará cuenta de la ausencia de burbujas y se centrará en el agua.

agua efervescente o light. Incorpora una sensación en la boca.

agua light o clásica. Armoniza con la textura del plato.

agua sin gas o efervescente, en dependencia de la confección del alimento.

Segundo plato:

Plato principal (carne roja):

Postre:

Estas armonías se pueden disfrutar teniendo en cuenta los principios de perfección y contraste con el alimento. Las ostras crudas, por ejemplo, irían muy bien con agua sin gas, pero podrían ser más agradables con un agua con gas light, que daría una sensación adicional en la boca. La misma regla se aplica a la fusión de los platos de sushi o de sashimi, sobre todo cuando tienen algo de picante.