Rutas y Viajeros: Consejos para revisar la moto antes de un viaje
CÓMO PREPARAR LA MOTO ANTES DE UN VIAJE
Los largos recorridos en moto es una actividad que suma seguidores todo el tiempo por su capacidad de brindar experiencias distintas en ruta, conocer lugares nuevos y disfrutar de la camaradería que hay entre los motociclistas. De todos modos, antes de empezar una aventura es importante tener en consideración algunos conceptos técnicos sobre el cuidado de la moto para llevarla a cabo de forma segura.
ORDENAR LA ROPA, elegir el equipamiento, agregarle a la moto defensas y portaequipajes o preparar las herramientas para utilizar en caso de avería, son los pasos comunes que todo aventurero sigue antes de salir a la ruta. Pero, por seguridad y porque debería ser parte de la proyección de todo viaje, monitorear la moto es uno de los pasos más importantes antes de emprender un recorrido ya sea largo, mediano o corto. “Prevenir es mejor que curar” dice el dicho, por lo que los neumáticos, la transmisión, el motor y la suspensión, son los sistemas que, aunque el piloto no tenga experiencia en mecánica, puede -y debe- examinar si no quiere sufrir de algún imprevisto durante la rodada.
NEUMÁTICOS
En caso de un viaje largo es importante no escatimar en gastos, en lo que a seguridad respecta. Algunos expertos afirman que lo mejor es cambiar los compuestos antes de salir a la ruta. Una buena alternativa son los neumáticos fabricados específicamente para touring, ya que en su interior poseen sílice, elemento que ayuda a que la degradación sea más lenta y pareja en todos los flancos de la goma. Otro detalle a tener en cuenta es la presión de los neumáticos, que debe ser modificada dependiendo del volumen del equipaje y de si el motociclista viaja o no con acompañantes. Si el peso aumenta, generalmente se deben inflar los compuestos, información que varía según la moto y que está disponible en el manual de cada modelo.
EL MOTOR
Si la unidad tiene más de 20.000 o 30.000 kilómetros, lo mejor es llevarla a un especialista a que le realice un chequeo intenso e integral, para que el piloto viaje seguro de que su propulsor no va a fallar luego de una regulación de válvulas y cambios de las cadenas o correas de distribución, entre otros efectos. En caso de que tenga menos kilometraje, es necesario vigilar los fluidos, como líquido de freno y aceite. En este último caso, el nivel siempre debe estar entre
el mínimo y el máximo que declara el fabricante, una aclaración no menor ya que muchos motociclistas agregan mayor cantidad de aceite para prever el consumo excesivo que supone un viaje. Ésta es costumbre errónea ya que en temperatura constante el aceite aumenta su volumen y en consecuencia la presión dentro de motor, lo que puede llegar a romper, por ejemplo, retenes.
HORA DE CAMBIAR LA TRANSMISIÓN
Cerca de los 20.000 kilómetros, los fabricantes aconsejan realizar un reemplazo íntegro del kit de transmisión, lo que muchos hacen a medias renovando simplemente la cadena, otro accionar erróneo ya que los “dientes” del piñón y la corona a esa altura tienen un deterioro tal que aumentan su filo, lo que desgastará de manera prematura la nueva cadena. Otro aspecto a tener en cuenta es la tensión de la misma (o el movimiento que hace hacia arriba y hacia abajo cuando está en funcionamiento), oscilación que también está descripta en el manual del usuario. Al girar la rueda y monitorearla, se debe buscar alguna sección rígida. Si aparece, es imperante cambiar el kit por prevención.