Pikes Peak, y Rally Cross Country p.24
El debut de las motos eléctricas en el mundial de velocidad tuvo una previa muy larga por la espera, una carrera corta por la autonomía de las motos y un epílogo que encontró puntos de vista cruzados entre protagonistas y gente cercana al Paddock. Pese a que el espectáculo fue entretenido gracias a que todos los protagonistas utilizan la misma base motriz, lo que se traduce en mucha paridad, la primera prueba resultó sumamente corta a raíz de que las unidades solo recorrieron 5 vueltas al trazado alemán y marcaron tiempos más lentos que Moto3. El primero en alzar la voz de manera crítica fue Paolo Simoncelli, el director del SIC58 Squadracorse, quien comentó: “si la MotoE es progreso, no me gusta ese futuro (…) Los costos son muy altos en caso de caídas. Además, si un piloto se cae y la moto se estrella, puede causar mucho daño porque pesan 270 kilos”, apuntó el italiano.
Un poco más detallado fue el análisis de Jorge “Aspar” Martínez, quien concluyó que: “Evidentemente, aún está muy verde y queda muchísimo por delante. Se está empezando con mucha precaución, porque el campeonato no se quiere exponer a grandes fallos. La categoría irá tomando más fuerza poco a poco, se irá dando mayor número de vueltas, se irán mejorando las prestaciones de las baterías y bajando el peso de la moto, que es muy elevado con 260 kilos. Hace falta tiempo. (…) A MotoE le aguarda un gran futuro por delante. Durante 2019, 2020 y 2021 va a permanecer con el reglamento de ahora, aunque con mejoras. Y el día que Dorna abra el campeonato a otras marcas habrá una gran revolución”.