YAMAHA YZF-R3
YAMAHA YZF-R3
La marca originaria de Iwata, Japón, actualizó a su Supersport de media/baja cilindrada, una de las protagonistas más importante del Mundial de WSSP 300, con componentes aerodinámicos que mejoran su lado deportivo y con guiños para aquellos usuarios que la prefieren para el uso urbano.
LA PEQUEÑA DEPORTIVA de Yamaha, la YZF-R3, tiene en 2019 su segunda generación luego de su lanzamiento en 2015. El Campeonato Mundial de Supersport 300, que acompaña al World Superbike desde 2017, la tiene junto a la Kawasaki Ninja 400 y a la KTM RC 390 como una de las importantes protagonistas, una lucha que más allá de los circuitos se trasladó en los últimos años al mercado, lo que motivó a la casa japonesa a reestructurar su producto a raíz, también, de la creciente demanda en las ventas.
Si bien el modelo mantuvo prácticamente su configuración motriz y el chasis, mejoró mucho su aerodinámica gracias a una carrocería totalmente nueva que la hace acercarse en cuanto al rendimiento a sus competidoras que cuentan con algunos centímetros cúbicos más. El carenado que eleva sus capacidades en la pista, también es una de las grandes novedades en su parte estética, por sus nuevos decorados y por sus líneas que están inspiradas en sus hermanas mayores y, claro está, en las unidades que representan a la marca en el MotoGP. Con una carrocería prácticamente nueva dotada de importantes características que refuerzan su lado más radical, la Yamaha YZF-R3 intenta copiar detalles de su hermana mayor la YZF-R1, como la parte frontal, que poseerá una gran toma de aire que fomenta la canalización de viento en los laterales con lo que promete refrigerar el motor de buena manera, disminuir las vibraciones y reducir el coeficiente de fricción en un 7% para poder lograr así una mejora de 8 Km/h más en la velocidad final. Debajo de esa carrocería, mantiene el chasis doble viga de acero, pero tendrá nuevos sistemas de suspensión, con una horquilla delantera KYB invertida, una de las novedades más importantes, que ahora es de 37 mm de diámetro y promete rendimiento superior a la convencional del modelo anterior. Se mejora así la rigidez, especialmente en las frenadas y en el paso por curva, aumentando las posibilidades en una conducción deportiva, según lo que explica el fabricante.
“...poseerá una gran toma de aire que fomenta la canalización de viento en los laterales con lo que promete refrigerar el motor de buena manera, disminuir las vibraciones y reducir el coeficiente de fricción en un 7% para poder lograr así una mejora de 8 Km/h más en la velocidad final.”
Atrás, el basculante asimétrico, si bien es apenas unos milímetros más corto que en la pasada edición, mantiene un diseño alargado con el fin de ofrecer una buena estabilidad en rectas a alta velocidad. A él se ancla un monoamortiguador KYB regulable en precarga mediante un sistema de suspensión Monocross.
En cuanto a la frenada, la YZF-R3 cuenta con un disco delantero de 298 mm de diámetro con pinza flotante de dos pistones y con otro disco de 220 mm atrás. Además, distintos cambios como el manubrio colocado a una altura 22 mm menor, una nueva tija, anclajes nuevos en los manillares que aumentan 2° su apertura y un tanque de combustible más alargado, se tradujeron en una posición de manejo mucho más radical que “integra” al piloto a la forma aerodinámica del conjunto, sin ser exagerada para que esta moto también sea una buena opción para su uso en la ciudad.
“... una posición de manejo mucho más radical que “integra” al piloto a la forma aerodinámica del conjunto, sin ser exagerada...”
Sus medidas generales hablan de una moto “corta”, con 1380 mm de distancia entre ejes y una altura al asiento de 780 mm, con lo que será accesible y cómoda para muchos usuarios. Uno de sus datos más importantes, en cuanto a lo estructural es su peso de 169 kg que están repartidos de manera uniforme “50/50” entre los dos ejes, un aspecto muy positivo para su conducción deportiva.
CONSERVA LA BASE
En el apartado motriz, la Kawasaki Ninja 400 (399 cc) y la KTM RC 390 (373 cc) equipan impulsores levemente más “grandes” que la Yamaha YZF-R3, motivo por el que la marca puso especial énfasis en acompañar con un equipamiento sofisticado a su ya conocido motor, que en esta versión seguirá siendo un bicilíndrico en línea, DOCH, de cuatro tiempos, refrigeración líquida, 4 válvulas y 321 cc, que puede entregar 42 CV de potencia a 10.750 rpm y un torque de 29,6 Nm a 9000 rpm, cifras que la dejan muy cerca de su rival japonesa (44 CV) al igual que de la Supersport austríaca (44 CV). De todos modos, para aquellos usuario que desean un rendimiento más deportivo, la marca japonesa ofrece de manera opcional el kit GYTR, compuesto por pistones, toberas, un nuevo árbol de levas y juntas especiales, con el que la unidad puede alcanzar los 50 CV de potencia máxima.
HEREDERA DE UN LINAJE HISTÓRICO
Con respecto a la parte estética de su carrocería, la Yamaha YZF-R3 dejó atrás la compacidad de versión pasada para adoptar una apariencia de mayor cilindrada, asemejándose mucho a las medidas de la YZF-R6.
OOtra fuente de inspiración para esta pequeña deportiva es la YZF-R1, como puede apreciarse en la forma de los faros de LED dobles. Bajo la cúpula se encuentra un panel de instrumentación totalmente digital, conformado por una pantalla LCD a color con numerosa información que se acomoda a su uso en circuito y, claro, a la calle.
En cuanto a sus versiones gráficas se produce en las variantes Yamaha Blue y Power Black, dos decoraciones que están a tono con los demás modelos de la familia.
La Yamaha YZF-R3 se comenzó a distribuir internacionalmente en enero de este año. Como es uno de los modelos deportivos más habituales dentro de la consideración de los usuarios del segmento, se estima que esta actualización se comenzará a ver en las calles de la región próximamente.