Willie G. Davidson, el cerebro detrás de la actualidad de Harley-Davidson
WILLIE G. DAVIDSON
Diseñador, directivo y el nieto de uno de los fundadores de Harley-Davidson, son algunos de los títulos que tiene Willie G. Davidson, pero para los más férreos seguidores de la mítica firma estadounidense es un héroe que le regresó la mística la empresa.
PLUMA Y CEREBRO.
Willie G. Davidson fue una de las personas que impulsó una revolución estética y de diseño en Harley-Davidson, luego de la década de los 70, cuando la marca no tenía un presente estable.
Pero, tiempo después, el nieto de uno de los fundadores e hijo del presidente de la compañía, alcanzó también puestos de responsabilidad en la gestión de la empresa, además de ser el jefe del departamento de diseño, un rol que cumplió con creces ya que pudo hacer que H-D salga de una de sus crisis más grandes, que no solo tenía que ver con lo económico, sino también con su herencia y el mensaje de sus productos. Para entender su accionar en ambos roles, es necesario analizar cómo transcurrió la juventud de Davidson, quien comenzó sus estudios en el prestigioso Art Center College of Design de Pasadena, California, una centro de diseño que tuvo a los mayores referentes de la escena, como por ejemplo el argentino Miguel Ángel Galluzzi, una eminencia en Ducati por crear la Monster en 1992. Fue allí, en California, donde Willie G. aprendió acerca de la mundo de las motos custom, conocimiento que no tardó en aplicar a sus diseños y que más adelante fueron replicados en sus proyectos más reconocidos. Sin embargo, al principio de su era en Harley-Davidson chocó con una administración conservadora que criticó sus diseños por extravagantes, aunque no pudieron detenerlo. En 1969 fue ascendido a vicepresidente de diseño y uno de sus primeros conceptos que llegó a producción fue la FX Super Glide de 1971, la moto que inició la “rama” de customizaciones de la fábrica. Para entender el contexto, en los años 70 Harley-Davidson fue adquirida por la corporación AMF que casi lleva a la compañía a la quiebra. Éste era un grupo empresario que poco tenía que ver con el mercado de las dos ruedas, situación que se notó cuando la centenaria fábrica comenzó a comercializar modelos de baja cilindrada para aumentar las ventas, aunque su estética y rendimiento no representaban en lo más mínimo a la esencia de H-D. Ese mal paso fue aprovechado por las firmas japonesas que se introdujeron al segmento custom americano sabiendo que el mayor exponente de ese mercado estaba debilitado.
Willie G. se encargó de mantener viva a la compañía familiar con su notable capacidad de adaptarse a la situaciones de escasez, algo que heredó de su etapa post-universitaria cuando se dedicaba, justamente, a modificar motos. Recombinando las piezas y plataformas existentes para crear un flujo constante de modelos nuevos, mantuvo la gama de modelos actualizada con realmente poco dinero, uno de los ejemplos más claros fue la familia Softail, la cual está determinada por el famoso chasis rígido que cuenta con la amortiguación trasera “escondida” en la zona baja del colín, un diseño que la firma le compró a Bill Davis, un preparador muy admirado por Willy G.
Esta estrategia todavía forma el núcleo del modelo comercial de Harley. Como si esto fuera poco, tiempo más tarde, Davidson y otros 12 ejecutivos de la firma compraron de vuelta la empresa a AMF en 1981. Desde aquel momento, con altos y bajos en cuanto a lo económico, H-D solamente se dedicó a honrar sus raíces.
Además del gran trabajo que realizó como administrador realizó varios de los diseños más que exitosos de la marca, como la ya mencionada Super Glide, la XLCR de 1977, la famosa Fat Boy de 1990 que uso Schwarzenegger en Terminator o la V-Rod del 2002.
Después de 49 años en la compañía, Willie G. Davidson dejó su posición de Vicepresidente y Director de Diseño, permaneciendo como embajador de la marca, aunque en la actualidad se lo puede ver involucrado en proyectos de diseño especiales.