RAÍCES ARQUITECTÓNICAS Y ESTÉTICA ITALIANA

Un arquitecto australiano llamado Josh Bell decidió renovar y customizar su Yamaha TRX850 de 1996, un proyecto que a pesar de no tener un gran presupuesto, no tiene nada que envidiarle a los que realizan las empresas que se dedican a la industria de la personalización de motos.

Esta sport-tourer con motor en V tuvo mucho trabajo en su interior y en su exterior: al impulsor se le agregó un escape Arrow 2 en 1 y un CDI Over Racing que subió el régimen de revoluciones del bloque. Por otro lado, en su parte de ciclo tomó varias piezas de la superbike Yamaha YZF750SP, como las horquillas de 41 milímetros, el basculante y las llantas de 17 pulgadas que fueron pintadas de negro y vestidas con neumáticos de carretera. En cuanto a sus frenos, utilizó las pinzas Brembo de una Yamaha R1 mucho más actual.

Lo que más llama la atención de esta moto es su carrocería, que según su creador fue realizada a mano con un carenado frontal de aluminio realizado en una sola hoja de metal sin soldaduras, inspirado en la Suzuki XR69. También se le fabricó un soporte metálico para los instrumentos que sostiene un velocímetro genérico y un indicador de temperatura digital.

El arquitecto es realmente un entusiasta de las motos y eso se nota en la decoración que le realizó a su Yamaha, que contradictoriamente nada tiene que ver con la marca de los tres diapasones: diseñó la pintura y los gráficos inspirado en las carreras de resistencia de los años ´90, combinados con la tipografía que Ducati utilizaba a finales de la década de los ´70 y el color de la pintura roja es Ferrari Rosso Corsa 322. Una fuerte influencia italiana.