DÉFICIT CENTRAL
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METAS DE VERANO
Dos mil diecisiete terminó tarde. La batalla por la reforma previsional en el Congreso (y en la plaza) destiñó el optimismo de Cambiemos, envalentonado tras las elecciones de medio término en octubre. Pero había tiempo para una postal más. El 28 de diciembre, en medio de las fiestas, Federico Sturzenegger, Nicolás Dujovne y Luis Caputo se sentaron junto a Marcos Peña en conferencia de prensa para anunciar el relajamiento de las metas de inflación 2018: de un tope de 12% al 15%. Elegido CEO del año por FORBES apenas un mes antes, Peña hacía uso de su autoridad en el esquema del Ejecutivo desabrochando el cinturón de Sturzenegger en el Central. Mientras el turismo se gastaba $ 22.700 millones en el país durante la primera quincena del verano, el dólar a $ 19 con cuotas sin interés habilitaba la ¿última? gran oleada de argentinos en el exterior. De vacaciones en Guazuvirá, Uruguay, mientras el presidente disfrutaba de la tranquilidad de Cumelén, delegó su poder en el vicejefe de Gabinete, Mario Quintana, quien renunciaría 9 meses después.
El 17 de enero, Nicolás Dujovne anunciaba el sobrecumplimiento de la meta fiscal de 2017, que dejaba un déficit primario del 3,9% del PBI, combinado con un aumento de la recaudación de 29,2%. El déficit total (sumando los intereses de la deuda) llegaba a los 5,9 puntos. Los más optimistas pronosticaban entonces un crecimiento del 3%, con una inflación debajo del 20%. Pero 2018 nos iba a sorprender.
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