EXPANSIÓN A LA FRANCESA
La titular de Air France-klm en la región cuenta cómo es ser la número uno en una industria donde las directivas mujeres son minoría y comparte los planes de la compañía para esta Argentina “a cielos abiertos”.
ANathalie Larivet siempre le gustó viajar y ambicionaba tener una carrera internacional. Por eso, tras terminar sus estudios en Administración de Empresas y Marketing en la escuela de management IAE Aix en Provenza (Francia), pensó que había conseguido la oportunidad ideal al ingresar en Air France. No se equivocó: desde entonces, pasaron más de 20 años en los cuales fue desarrollándose en puestos vinculados a marketing, ventas y distribución. El negocio fue mutando y también lo hizo la compañía, al asociarse a su par holandesa KLM en 2003.
“Son 22 años de carrera en la misma firma, pero nunca tuve un momento aburrido. Nos ofrecen la oportunidad de cambiar de posición todo el tiempo, a puestos muy disímiles, lo que permite adquirir experiencias diversas”, dice Larivet, ya establecida en Buenos Aires, hablando en francés pero decidida a que lo mejor es “incorporar el idioma del país donde se vive”.
Sucede que, en 2018, asumió como directora general de Air France-klm en Argentina, Bolivia, Paraguay y Uruguay. Es su primer rol fuera del territorio francés; antes, se desempeñó en un papel similar pero en Guyana. Se instaló en Buenos Aires en agosto pasado y admite que, por el momento, pudo ver poco y nada del país “y de esos paisajes que hacen soñar a los europeos”. Fue ella quien eligió este destino, por motivos profesionales y personales: “Argentina era estratégico para la empresa y, a la vez, es un país
con muchos desafíos. Pero, además, la cultura de América Latina siempre me despertó interés y, dentro de la región, este es el país más parecido a Europa, por lo que me parecía el más indicado para comenzar a conocer el continente”.
El desafío no es menor en medio de los importantes cambios que atraviesa el negocio aerocomercial local. Larivet tiene además el doble reto de ser una de las pocas mujeres directoras en esta industria. Ella estima que las mujeres en posiciones de liderazgo en el negocio aerocomercial son menos del 5% de los puestos disponibles. “En todos los rubros, la cantidad de mujeres a la cabeza de una industria es una cifra muy baja. Es un punto a mejorar”, se sincera.
Pero la ejecutiva francesa no está sola en su firma: a mediados de diciembre, la antes titular del área de Experiencia del Cliente de Air France-klm, Anne Rigail, fue nombrada nueva directora general del grupo. “Nombrarla fue un signo muy fuerte”, afirma Larivet.
ABIERTOS PERO DESCONECTADOS
El holding aerocomercial tiene con Argentina una relación de larga data, que comenzó en 1928 con la Aéropostale (una de las cinco empresas que en 1933 conformaron Air France). Este vínculo es el que Larivet viene a profundizar en esta nueva política de “cielos abiertos” que instaló el gobierno de Cambiemos.
Hay una limitación respecto de la cantidad de rutas y de vuelos que una empresa extranjera puede operar, que se define en acuerdos entre países. Desde 2001, Air France tiene un vuelo diario a París y, desde noviembre último, también KLM llegó a ese límite de siete vuelos semanales. Eso no quiere decir que no haya mucho trabajo por hacer. “Nuestra idea es cubrir todo el territorio argentino: que desde las provincias se pueda viajar a través de nuestro partnership estratégico con Aerolíneas Argentinas, y conectar con nosotros”, cuenta Larivet, pero aclara: “El problema más grande es que todos los vuelos domésticos van a Aeroparque y nuestros aviones salen de Ezeiza. Necesitamos mejorar esa conectividad para unir la totalidad del territorio argentino con Europa”.
En cuanto a los nuevos competidores lowcost, asegura que el negocio de Air France-klm en Argentina no se vio impactado y, de hecho, considera su llegada como un factor positivo para promocionar el turismo en todo el territorio. “Lo que están logrando estas compañías es que viaje mucha más gente, quizás algunos que antes no pensaban en viajar. A fin de cuentas, ese es el objetivo de la aviación. Por otra parte, siempre es bueno tener competencia, nos hace repensar nuestra manera de trabajar”.
En Europa, donde las low-cost operan desde hace años, la empresa sí debió reformular su pricing y su comunicación, y confía en que esa experiencia será una ventaja si este nuevo modelo llega a impactar en su negocio en Argentina. Por el momento, el principal cambio al cual se está adaptando el holding es la baja de la demanda por la crisis económica local. “Nuestros resultados no bajaron tanto en cantidad de clientes sino en el promedio del precio de los pasajes”, confirma Larivet. En este sentido, se intenta compensar con el atractivo que ahora tiene el país para el turismo receptivo. Y, en cuanto a la oferta de pasajes desde Buenos Aires, se ofrecieron tarifas más simples: por primera vez, el viaje a Zurich desde Ezeiza tuvo un precio final de US$ 586 en diciembre, una decisión que volvió la oferta de KLM más competitiva.
No es un tema menor: Argentina es el tercer país de la región en volumen de negocio para el grupo, detrás de Brasil y México. En noviembre, la empresa tuvo un crecimiento global del 4,8% respecto del año anterior, mientras que en Latinoamérica creció 11%. “Esa alza estuvo impulsada sobre todo por América Latina, que es el mercado que más creció”, confirma la directora general, y atribuye esto a la apertura de nuevas rutas a Quito y Fortaleza, aunque no reniega del potencial que puede tener el mercado argentino en el futuro. “Ahora estamos en un momento económico difícil, pero lo que nos ayudaría a desarrollar ese potencial es tener buenas conexiones en el aeropuerto de Ezeiza”, concluye.
MENOS DEL 5% DE LOS PUESTOS DE LIDERAZGO EN EL SECTOR AEROCOMERCIAL
SON OCUPADOS POR MUJERES.