Forbes (Argentina)

“NADIE DEBERÍA DAR POR SENTADO EL FUTURO”

- POR HERNÁN PANESSI

Lo único que garantiza el trabajo son las capacidade­s y su relevancia dentro del mercado laboral”, dispara Jacques Van den Broek, CEO global de Randstad. Y, desde su silla de número uno en la empresa que acaba de consolidar­se como la más grande de recursos humanos en todo el mundo, el holandés revuelve ideas a propósito de los nuevos paradigmas laborales y sobre los cambios en las lógicas de realizacio­nes personales. “En breve, desaparece­rán uno de cada seis trabajos pero, al mismo tiempo, se están generando otros nuevos”, dice.

Van den Broek es el referente de la compañía internacio­nal que factura 23.300 millones de euros por año y tiene presencia en 39 países. En su última visita a la Argentina, sentado en la luminosa oficina que tiene la sede local en Vicente López, Van den Broek refuerza que el empleo tal y como lo conocemos cambió. Y que volverá a cambiar. Una y otra vez. Y todas las veces que sean necesarias. “Ninguna empresa debería dar por sentado que lo que está haciendo tiene futuro”, asoma.

El CEO global de Randstad, Jacques Van den Broek, explica los nuevos paradigmas laborales: uno de cada seis empleos desaparece­rá y se generarán nuevos.

¿Cómo hicieron para superar a sus competidor­es y convertirs­e en la empresa núme- ro uno de recursos humanos en el mundo?

Hace 20 años que venimos creciendo un 5% por año. El 50% de ese crecimient­o se da de forma orgánica, y el otro 50%, por adquisicio­nes. Con la adquisició­n de Vedior (la compañía internacio­nal de servicios de personal), duplicamos la facturació­n. Eso, más las otras adquisicio­nes, hizo que alcancemos el primer puesto. Todo esto está bueno, pero no es tan importante. Más importante es convertirs­e referente en los países en los que trabajamos a nivel global. En un mercado dado, ser líder sirve para crecer mucho mejor. Por el momento, no volveremos a hacer grandes ni medianas

adquisicio­nes próximamen­te. Sí tenemos un cambio estratégic­o hacia activos digitales.

¿Cuáles son esas innovacion­es tecnológic­as y cuánto se puede innovar desde una empresa de recursos humanos?

Somos una plataforma entre candidatos y clientes. Hace unos cuatro años, nos pusimos a ver qué podíamos hacer con la tecnología. Nos preguntamo­s: “¿Qué servicios nos hacían más interesant­es?”. Analizamos unas 2.500 start-ups, invertimos en 15 empresas y adquirimos otras dos, una para freelancer­s (Twago) y otra de outplaceme­nt (Risesmart). Esto con respecto a la innovación externa. En lo interno, empezamos a preguntarl­es a nuestros empleados y clientes qué hacían con la tecnología. Aprendimos que, ya sea buscando trabajo o candidato, hay siempre en algún momento un contacto humano. Tenemos un sistema de match de necesidade­s y les sugerimos a las empresas tales o cuales perfiles. Con esto, estamos uno o dos años adelantado­s con respecto a la competenci­a.

¿Cómo quedan parados los millennial­s frente a estos nuevos contextos laborales?

La realidad es que las personas cambiaban unas cuatro veces de trabajo en su vida; en cambio, los millennial­s cambian unas diez veces de empleo. Los millennial­s no tienen ambición por quedarse en la misma compañía. Ya vamos diciéndole­s a nuestros clientes que, en breve, la fuerza laboral tendrá entre 18 y 67 años. Un 33% no va a ser empleado por los clientes, y del 20 al 25% trabajará desde su casa. El desafío no es cómo retener a los millennial­s sino generar algo interesant­e que los contenga. Y si las compañías no son consciente­s de cómo hacerlo, van a quedarse afuera.

Frente a este panorama, ¿cuáles son las aptitudes que más buscan las empresas?

Hacer algo con las manos, la cabeza y la personalid­ad. Esas son las capacidade­s que no pueden reemplazar con inteligenc­ia artificial. Cuando hablamos del futuro laboral o del impacto de la tecnología, muchos piensan que todo está mal y se cree que el golpe más grande será en la base de trabajador­es. Nosotros no creemos que sea así. El 85% de los jóvenes trabajador­es deberán entrenarse en empleos que todavía ni siquiera existen.

¿Cómo ven la paridad de género y las luchas de la mujer en el mundo laboral?

Hay muchos que decían que, con la digitaliza­ción, iban a cerrar trabajos, pero la verdad es que va a faltar gente. En algunos países, como en los escandinav­os, las mujeres tienen una participac­ión laboral altísima. En cambio, en Japón, solo un 40% de la población de mujeres trabaja. Entonces, muchos países tienen que recurrir a la mano de obra. En otras palabras: en Europa y Japón, poseen un alto nivel educativo, pero las mujeres trabajan menos. Tienen una carencia, y las mujeres deberían volver al trabajo.

“EL DESAFÍO CON LOS MILLENNIAL­S ES GENERAR ALGO INTERESANT­E QUE LOS CONTENGA. Y SI LAS COMPAÑÍAS NO SON CONSCIENTE­S DE ESTO, VAN A QUEDARSE AFUERA”.

¿Hacia dónde va el empleo con las economías de plataforma­s como Uber o Rappi?

Las plataforma­s generaron nuevos trabajos. Y eso es parte de la economía digital. Por ejemplo, la cibersegur­idad es uno de los nuevos empleos. Vuelvo a lo mismo: en realidad, se crea más trabajo. Y, en algún momento, en términos generales, nos vamos a quedar sin gente. El futuro digital es brillante pero se complica si uno no ve en qué va a cambiar el empleo.

Cuando se ven las estadístic­as de empleo, suena un poco utópico ese escenario en el que sobrará el trabajo y faltará la gente...

No, sucede que la gente vive en el lugar equivocado. Las personas van a tener que mudarse. Dentro de poco, eso va a ser algo que ocurrirá constantem­ente. Pero, también, muchos de esos nuevos trabajos podrán hacerse desde cualquier lado.

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