“NUESTRO ROL FUE APOYAR AL BANCO CENTRAL”
Javier González Fraga explica que, en el segundo semestre de restricción financiera y aumento de los encajes, la entidad se acopló a las exigencias de la restricción crediticia.
Abril del año pasado fue el mes récord para préstamos hipotecarios en la entidad pública: más de 7.500 préstamos por unos $ 8.000 millones. Pero la crisis que se profundizó en el segundo trimestre del 2018 hizo cambiar de estrategia. “Nos acoplamos a las exigencias de la restricción crediticia por la política antiinflacionaria. Apoyamos al BCRA y, más allá de las normas aplicables a todo el sistema, el Banco Nación privilegió implementar la política monetaria”, cuenta Javier González Fraga, número uno de la entidad.
¿Cómo fue ese acompañamiento?
Fue la necesidad de acompañar la restricción crediticia. La expansión crediticia tiene un impacto inflacionario. Tuvimos que frenar el crecimiento del banco para colaborar con los objetivos antiinflacionarios del gobierno.
¿Cómo impactó en los resultados?
Cuando las tasas estaban en el 74%, hablando con las autoridades del BCRA, decidimos en noviembre ir al rojo, a no cumplir con los encajes y, así, colaboramos con la política monetaria. Lo que nos negamos a tomar al 74% lo estamos tomando ahora al 50%. Estamos compensando el rojo construyendo. Resultó muy bueno no salir a captar fondos, y lo estamos recomponiendo.
¿Cuál es tu análisis del sistema?
El sistema financiero es muy pobre, es la contracara de que los argentinos tenemos US$ 250 millones en el exterior. Entonces no podemos pretender tener un sistema financiero del tamaño de los chilenos o brasileños. Tenemos un sistema financiero muy chico y poco proclive a la financiación de la actividad productiva.
¿Cómo viste el sistema en 2018?
Muy cómodo, porque es hijo de la crisis de 2001 y, por eso, es un sistema prudente. No critico al sistema financiero, pero lo describo como un sistema poco amigo del préstamo. Es con- servador. Creo que hay un rol enorme para el Banco Nación porque existimos para prestar, no para llenarles los bolsillos a los accionistas.
¿Cómo ves el 2019?
A nivel macroeconómico, soy positivo. Si comparo enero de 2018 y de 2019, hay muchas cosas que están mejor. En 2018, teníamos sequía; hoy, producción récord. La FED aumentaba las tasas; hoy, dice que no las va a volver a tocar. Teníamos unos US$ 40.000 millones en Lebacs no bancarias; esto desapareció. Teníamos un déficit primario de cinco puntos largos del producto, y ahora terminamos el año con la mitad y vamos a cero el año que viene. Hay elementos para decir que, si bien lo peor no pasó –la recesión no terminó y hay gente que la está pasando mal–, los fundamentals están más sólidos.
¿Para cuándo ves la reactivación?
Para el tercer trimestre del año y en el cuarto, definitivamente. Recién ahí vamos a tener valores interanuales muy positivos. Claro que hay cosas que pueden salir mal, pero soy mucho más positivo hoy que el año pasado. Cuando creíamos que estábamos bien, yo estaba preocupado. Hoy, que estamos mal, estoy mucho menos preocupado.
¿Qué te alivia?
Que se hizo el ajuste fiscal y que nos sacamos de encima las Lebacs no bancarias, que eran un dolor de cabeza.