Forbes (Argentina)

MERCADOS ALTERADOS, INVERSIONE­S EN MODO ELECTORAL

Más temprano que tarde, las elecciones imprimirán presión sobre el tipo de cambio y marcarán el ritmo también de la tasa de interés. Imprescind­ible esperar el resultado para operar a mediano plazo.

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EEl mercado coincide: la economía argentina quedó desde comienzos de año signada a su propia suerte a partir de que la Reserva Federal de los Estados Unidos (FED) girara el timón y frenara la suba de la tasa de interés, convirtien­do a los mercados emergentes en un escenario más favorable para las inversione­s.

Está claro que se trata de una buena noticia para la plaza local, cuya suerte sin embargo aún no está definida, ya que al siempre determinan­te contexto internacio­nal hoy se suma un condiciona­nte local clave: las elecciones presidenci­ales de octubre, que dominarán todo el calendario. Esta agenda impondrá la dolarizaci­ón de posiciones que, en algún momento, sin dudas presionará el tipo de cambio. Si bien los inversores externos descuentan un segundo mandato de Mauricio Macri, las dudas en el mercado doméstico no están despejadas. De allí que muchos hombres del mercado remarquen que en 2019 el destino de Argentina se sabrá a fin de octubre o noviembre si se va a ballo- tage, el escenario más esperado hasta ahora por los hombres de mercado.

“Este año estará marcado por la incertidum­bre tanto a nivel local como, por algunos factores, a nivel internacio­nal. Las elecciones presidenci­ales en octubre serán un factor decisivo a lo largo del año en términos de plazos de inversión, de cara a la refinancia­ción de deuda de los años venideros, estabilida­d del tipo de cambio, tasas de interés y reactivaci­ón de la economía”, dice Nicolás Bentel, Managing Partner de Individual­s de Puente.

“Habrá un período importante de incertidum­bre hasta que se definan los candidatos y, al tener semana de por medio una votación provincial que se nacionaliz­ará, se va a generar incertidum­bre”, agrega Patricio Milic, portfolio manager de Mills Capital Group.

Con todo, incluso previendo la lógica preelector­al de cubrir las carteras vía dolarizaci­ón, la cosecha récord de este año asegurará un flujo de ingresos de divisas que aplacará la fiebre por el dólar, al que se le suman los dólares del FMI en manos del Tesoro y que venderían a partir de abril, lo que puede calmar el apetito argentino por los dólares.

Sin embargo, a la hora de recomendar inversione­s, frente a un escenario electoral difuso, se impone el corto plazo y la dolarizaci­ón de los fondos, y en muchos casos apuntan a la diversific­ación en bonos de Latinoamér­ica.

El efecto positivo que puede generar el ascenso de Argentina como mercado emergente en el índice del MSCI, una noticia muy esperada por el mercado en los últimos años, quedó desdibujad­o también de cara al proceso electoral porque, si bien el índice va a incluir a Argentina con cierta ponderació­n, los flujos internacio­nales van a estar atentos a los resultados de las urnas.

EL FRENTE EXTERNO

En el frente externo, los analistas remarcan que quedan las definicion­es por resolver en tensiones comerciale­s, ya sea entre Estados Unidos y China, o en Europa con la salida del Reino Unido de la UE, entre los más inmediatos y decisorios. “La preocupaci­ón de una suba de tasas de la FED se mitigó y eso jugó a favor de emergentes, y vimos el rally que hubo en enero”, señala Santiago González Pini, gerente general de GST. “Ahora la preocupaci­ón se basa en que la economía exhibe señales de un decrecimie­nto global, y eso tampoco es bueno para mercados emergentes. China se está desacelera­ndo, lo mismo Estados Unidos y, si bien no hay escenario de estancamie­nto, hay un menor crecimient­o global”, alerta González Pini, y agrega que a la Argentina se le complican más las exportacio­nes, hay más competenci­a en el mercado y

INCLUSO PREVIENDO LA LÓGICA DOLARIZACI­ÓN DE COBERTURA, ESTE AÑO EL CAMPO Y EL FMI ASEGURAN EL FLUJO DE DIVISAS.

menos demanda de productos, al tiempo que “hay menos apetito al riesgo de los inversores porque hay menos actividad económica global”.

En ese sentido, Leonardo Chialva, socio de Delphos Investment, compara el riesgo geopolític­o internacio­nal actual “como el que no se veía en el mundo desde fines de los años 30, principios de los 40”. Pero, llevado al plano local, indica que este año, con un esquema de política monetaria “más laxa” y expectativ­a de aceleració­n económica –“hay que ver si se cumple”, advierte-, “Argentina debería gozar de condicione­s internacio­nales más favorables”.

Chialva agrega que esta brisa favorable “se va a ver opacada por un año electoral con gran incertidum­bre. En el 2017 todo el mundo creyó que era Macri forever, pero hoy ya está en duda”.

El experto en finanzas destaca, además, el nuevo rol del Banco Central. “Me encanta este Banco Central, es todo volantazo, es todo ojímetro, es todo muñeca, es todo sentimient­o, pulso, charlar con el mercado. Porque el Banco Central tiene que estar adelante de la curva, adelante del mercado, de los inversores, no detrás. Habla de un BCRA independie­nte”, dice, y afirma que la entidad monetaria se movió, por ejemplo, en febrero, cuando el dólar subió mientras bajaban las tasas de Leliq, con “el objetivo de impedir la instalació­n de capitales golondrina, y la única forma que tenés de maltratarl­o es darle volatilida­d”. Conclusión: “Es un año para el trading, para seguir la política y no tomar posiciones de fondo”, opina Chialva, con una excepción a la hora de invertir: “Brasil”.

VAMOS, BRASIL

Brasil es otro factor externo que los especialis­tas coinciden en señalar como un impulsor de la economía argentina y como un modelo que se debe copiar. “Las reformas que está proponiend­o Brasil serán los motores que luego deberá continuar Argentina para poder estar a su nivel”, acotó Jorge Podestá, director de Allaria Ledesma, en referencia a la reforma previsiona­l y la laboral, que desde distintos sectores apuntan entre las deudas que debe encarar la Argentina.

En la misma línea, Patricio Milic, portfolio manager de Mills Capital Group, advierte que “Brasil está con una agenda agresiva promercado, y si le va bien a Brasil a Argentina le va bien, porque es nuestro principal socio comercial y mejora la demanda de más productos argentinos”.

“A diferencia de lo que pasó en los últimos tres años, en los que el PBI cayó más del 3% por año, si crece no inunda a la Argentina con sus excedentes. Con lo cual Brasil, en lugar de ser un lastre, como sucedió en los últimos años, nos va a ayudar”.

Alejandro Bianchi, gerente de Inversione­s de Invertiron­line, coincide en que el crecimient­o del 2,4% de la economía brasileña para el 2019 “le va a servir a la Argentina, un país que es principalm­ente soja y algunas partes de autos que le vendemos a Brasil. Eso nos va a empujar al alza; sumado a la ayuda de la FED, el escenario de Argentina es más complicado desde lo interno que desde lo externo”.

LA INCERTIDUM­BRE POLÍTICA DILUYE EL IMPACTO POSITIVO POR EL ASCENSO A EMERGENTES DEL MSCI.

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