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El secretario de Agroindust­ria, Luis Miguel Etcheveher­e, niega dificultad­es con la liquidació­n de divisas y afirma que el campo sigue apoyando a Macri.

- POR TOMÁS RODRÍGUEZ ANSORENA

Luis Miguel Etcheveher­e. “El mercado interno va a mejorar con la economía”, dice el secretario de Agroindust­ria, que niega dificultad­es con la liquidació­n de divisas.

Martín Redrado. El economista analiza las medidas del Gobierno y dice que lo ve “muy encerrado”. Volatilida­d, inflación, recesión y dólar, según su mirada experta.

Si a esta altura del año en 2018 todavía se bailaba la danza de la lluvia, lo mejor que puede suceder ahora es que no caiga ni una gota del cielo para que la cosecha no se complique ni se demore. Es que en el Gobierno ahora bailan la danza de los dólares, ansiosos por que fluyan sin escollos en el mercado cambiario las divisas que harán falta para enfrentar un altamente probable proceso de dolarizaci­ón. Nadie esconde su ansiedad pero Luis Miguel Etcheveher­e, secretario de Agroindust­ria, pide tranquilid­ad: “El que está cosechando tiene que pagar lo que debe, poner al día la maquinaria, pagar los impuestos y prepararse para la siembra”. Es que, como coinciden los analistas –y los funcionari­os asienten–, es clave para el Gobierno que el dólar no se dispare en la previa de las elecciones para tener una chance en octubre, por lo que el monitoreo de los dólares que hace el expresiden­te de la Sociedad Rural es fundamenta­l y minuto a minuto. Las perspectiv­as, al menos, le permiten cierto alivio: según la Bolsa de Rosario, las

exportacio­nes agrícolas de la campaña 2018/19 serán de unos US$ 28.000 millones, US$ 6.000 millones más que el año pasado.

Hay en el Gobierno funcionari­os preocupado­s por la resistenci­a de los productore­s a vender granos.

Yo creo que se habla tanto de esto por desconocim­iento de la lógica de la producción. Cuando se dice que el país perdió US$ 9.000 millones con la sequía en 2018, la realidad es que los perdieron decenas de miles de chacareros de toda la Argentina y que, a pesar de eso, a los tres meses volvieron a invertir US$ 12.000 millones para la campaña 18/19. ¿Y de dónde salió esa plata? De la cadena: los acopios, las cooperativ­as, los exportador­es, de los vendedores de insumos que, a partir de tener confianza en el productor, prestaron todos esos insumos a cosecha. Y de la mano de los contratos de futuro, con los que el productor se puede apalancar para financiars­e y sembrar. Con esto quiero decir que buena parte de lo que se está cosechando –clima mediante– hay que devolverlo. Por la sencilla razón de que en julio tiene que volver a sembrar.

No hay de qué preocupars­e, entonces...

No quedan granos de un año para el otro. Si alguien vende antes o después, es un tema circunstan­cial, pero le quema más vender para comprar una máquina, alquilar campo, poner más fertilizan­te que estar pensando en si el dólar subió o bajó.

¿A qué nivel de su potencial está el complejo agroexport­ador?

Yo creo que tranquilam­ente podríamos estar en un par de años en 160 millones de toneladas.

¿Y eso de qué depende?

De la estabilida­d monetaria, de la competitiv­idad, menores costos en todo lo que sea puertos, que se abran más mercados, que se gestionen protocolos sanitarios. Mejoras en infraestru­ctura y logística.

¿Y de las retencione­s?

Se pusieron por dos años. No estamos cómodos con las retencione­s, seguimos sosteniend­o que es un mal impuesto, distorsivo. Pero no hubo alternativ­as con la sequía y el corte del financiami­ento a la Argentina. De cualquier manera, tienen un atenuante. No se discriminó al campo sino que se puso a todos los sectores de la economía que exportan y están aportando entre $ 3 y $ 4, un monto fijo con el que cada vez que se mueve el dólar ese porcentaje es menor.

¿Ese monto fijo no colabora con la expectativ­a de devaluació­n?

No. Por la misma evolución del negocio, el que está cosechando tiene que pagar lo que debe y prepararse para la siembra.

¿Por qué el precio de los alimentos sube más que la inflación general?

Presión impositiva, flete y la propia inflación: muchas veces no sabés cuánto valen las cosas. Y si alguien te convalida el precio, sigue la rueda. Por eso estamos trabajando tan duro para estabiliza­r la moneda y bajar la inflación que, en definitiva, es la madre de todas las batallas. También están las exportacio­nes. Con la leche, por ejemplo. ¿No impactan?

Nuestra política desde hace un año fue orientar la lechería hacia la exportació­n. Porque todos los productos que tuvo la lechería en el pasado se debieron a que se hablaba de saldos exportable­s y solamente se exportaba cuando ya era demasiado tarde. Ese exceso de leche inundaba el mercado interno, bajaba el precio al tambero, se fundía, y era todo un círculo vicioso. El año pasado subimos 36% las exportacio­nes, transparen­tamos el mercado para saber, de 8.300 tambos y de 300 industrias lácteas, cuánto se está pagando. Con eso, ningún productor se puede sorprender hoy por el precio porque todo el mundo está al tanto de cuánto vale el litro de leche al productor y cuánto valen los sólidos.

¿Por qué hubo faltante?

Fue un bache estacional. Con el buen año climático que tuvimos habrá mucha oferta. Cuando la tonelada de leche estaba US$ 5.000 y el productor recibía por litro el equivalent­e a US$ 1.800, así nos fue. Ahora, si el precio sube o baja, lo recibe el productor. Y hoy es prácticame­nte un tercio del precio al consumidor, cuando antes estaba cerca del 20%.

A partir de la decisión de Brasil de importar trigo sin aranceles desde Estados Unidos, ¿cambiará algo en el Mercosur?

Somos socios comerciale­s y tenemos muchas herramient­as para que nuestras economías crezcan. Bolsonaro acaba de asumir, se está acomodando la relación, y el tiempo dirá. Seguimos abriendo mercados y producimos 10 veces más alimento de lo que consumimos. Argentina va camino a convertirs­e en un proveedor confiable de proteínas, energías renovables y fibra. Como dijo Macri: ser el supermerca­do del mundo.

¿Cuánto influye la caída del mercado interno en la agroindust­ria?

El mercado interno es el principal cliente de la agroindust­ria. Y va a mejorar con la economía. El complejo agroindust­rial fue fundamenta­l para que Macri ganara en 2015. ¿Cómo está ese termómetro mirando a octubre?

Vimos en Expoagro el apoyo que recibió el Presidente. Buena parte de la población sabe que las cosas no se dan porque sí, son consciente­s de que vivimos años de farra, era inaudito que se pagara $ 2 la luz en Buenos Aires. El gran esfuerzo de este Gobierno es sin atajos, sin mentirnos, sin atrasar tarifas ni tipo de cambio, con el dólar que tiene que ser.

“NO ESTAMOS CÓMODOS CON LAS RETENCIONE­S PERO SON UN MONTO FIJO; EL PORCENTAJE CAE CADA VEZ QUE SE MUEVE EL DÓLAR”.

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