Industria (des)gasificada
El segmento de bebidas gaseosas es uno de los de mayor penetración dentro del rubro consumo masivo. Los argentinos somos uno de los mayores tomadores del mundo, solo detrás de Chile. Pero, quizás, fue la creciente preocupación por una alimentación más saludable y la caída del poder adquisitivo de 2018 lo que fomentó movimientos en el sector: el consumo de gaseosas cayó un 21% en 2018. Cómo es hoy la dinámica de la industria que protagonizan los big players globales como Coca-cola y Pepsi, pero del que también forman parte compañías nacionales que ganan cada vez más terreno.
UN MIX DE BRANDS
En 2018, el 95,7% de los hogares argentinos compró un producto de la categoría, con un consumo promedio de 223 litros anuales, según datos de Kantar Worldpanel. La consultora Euromonitor detalla que, en el país, el volumen de la categoría registró 5.045 millones de litros en 2018. Cayó en comparación con los 5.395 y 5.300 millones de 2016 y 2017 respectivamente. Los datos coinciden con las estimaciones de la Cámara Argentina de la Industria de Bebidas sin Alcohol (CADIBSA), que estima que el volumen de las ventas de gaseosas registró en diciembre de 2018 una baja del 18,5% interanual. El mercado está ampliamente liderado por Coca-cola, que tiene tres marcas en el top 3 de market share: Coca-cola, Sprite y la versión light de la gaseosa más consumida. En tanto, Pepsi completa el top 5 con sus marcas 7-Up y Pepsi. Las marcas nacionales buscan hacerse un lugar. Una de ellas es Manaos, que produce la firma Refres Now, que en los últimos años realizó campañas de marketing y relanzó la marca de jugos Pindapoy. A ellos se suman la tradicional Cunnington, de Productos de Agua SA, y la santiagueña Secco. También avanzan marcas como
Córdoba, Crush y Pritty.
EL AVANCE DE LAS SEGUNDAS MARCAS
De acuerdo con un estudio de la consultora Focus Market, con datos de Scanntech, mientras que las marcas multinacionales tuvieron retrocesos (como Fanta, cuyo consumo cayó un 35%), algunas segundas marcas mejoraron su performance. Cunnington Light, por caso, trepó un 49%, Secco un 7,9% y Manaos un 4,6%, según el relevamiento realizado en 912 puntos de venta del país.
EL GOLPE AL BOLSILLO
En 2018, el consumo masivo cayó entre 1,5% y 3%, según la consultora que lo mida. Y, pese a la alta penetración que tiene la categoría, las bebidas sin alcohol –principalmente las gaseosas– no fueron la excepción. De acuerdo con datos de la consultora Kantar Worldpanel, desde el segundo trimestre del 2018, presentan variaciones negativas. “Existe una búsqueda de conveniencia y migración a opciones más económicas, tendencia no solo observada en gaseosas, sino en la canasta de consumo masivo en general, donde las marcas de bajo precio incrementan su base de compradores un 3,8%, llegando al 65% de los hogares en el último año”, explica Maricel Masut, ejecutiva de la consultora. Entre abril y septiembre de 2018, los hogares consumieron un 4% menos con respecto al mismo periodo del año anterior. La contracción de la categoría se presenta principalmente en las grandes superficies, donde los hipermercados y supermercados perdieron más de 250.000 hogares compradores de gaseosas y donde ya no eligen botellas grandes, sino tamaños intermedios, y donde los changuitos de la categoría tienen 400 ml menos que en el mismo periodo de 2017. Esta tendencia a la baja se da luego de un 2017 en el que la categoría había empezado a mostrar signos de recuperación y mostraba ratios de crecimiento en el orden del 3% trimestral.